En República Dominicana, dueña de una densidad boscosa de un 42.8%, según el Inventario Nacional Forestal 2021, los incendios forestales se producen más de lo deseado, algunas veces por motivos naturales, y en otras ocasiones, provocados de manera deliberada. Solo el año pasado en el país se produjeron 251 incendios forestales. En lo que va de este año se han producido seis, por lo que es importante conocer las temporadas más intensas, las causas, el daño potencial y lo que estamos haciendo al respecto.

En esa lucha, los bomberos forestales son el corazón y la primera línea de esta batalla permanente, encabezados por el extraordinario y diligente Gerónimo Abreu, encargado del Programa Nacional de Gestión y Manejo del Fuego, y quien siempre ha manifestado que la temporada más difícil en términos de amenaza por incendio va desde mediados de enero hasta finales de abril, y desde junio hasta principios de septiembre. Precisamente nos encontramos en la primera etapa.

Las causas son una mezcla de lo que llamamos “mecanismos de equilibrio del medio ambiente”, pero sobre todo de causas humanas. El 90% de los incendios forestales que se producen en el país son causados por actividades que realiza el ser humano, ya sea por acciones intencionales para ampliar áreas agropecuarias o, lo que es peor, por negligencia, en especial con quemas agrícolas. A eso se suman colillas de cigarrillos u hogueras mal apagadas, quema de matorrales o basura, entre otros.

Los daños que causan son evidentes, como la destrucción de la cubierta forestal, la muerte y huida de animales y la pérdida del suelo fértil. A mediano plazo, acelera la erosión, provoca la destrucción de ecosistemas y aumenta las emisiones de CO2 a la atmósfera. Finalmente, desertifica, con consecuencias para la producción del agua.

El cambio climático, sin dudas, que nos afecta directamente como estado insular, provoca también los incendios forestales. Los hemos visto en California o en Colorado, estados de Estados Unidos de América, que han sufrido grandes incendios forestales, incluso bajo la nieve en diciembre pasado. En el caso dominicano, la situación es más relevante, dado que nuestro vecino Haití carece de bomberos forestales, y de la poca capacidad boscosa que tiene el vecino país, que apenas es de menos de 1%, los incendios forestales se producen cerca de la línea fronteriza, por Pedernales.

Los incendios son eventos que se trabajan por prioridades. Nuestro foco principal es siempre el de controlar y extinguirlos, a la par de reforzar la seguridad del lugar del siniestro si fuera necesario. Por último, e igual de importante: hacer las investigaciones de lugar, para llevar los responsables de aquellos incendios provocados ante la justicia. Nadie está por encima de la ley.