Con gran incertidumbre espera el país la apertura del año escolar el 2 de noviembre en medio de inconvenientes que parecen insalvables y que escapan a las manos de las autoridades, como son las deficiencias en los sistemas de energía eléctrica y las redes de internet.
Además, la falta de equipos tecnológicos en manos de profesores y estudiantes es otro escollo amenazante para el éxito de las clases.
El déficit de electricidad que afecta a República Dominicana desde hace décadas, principalmente en los sectores y poblados más empobrecidos, constituye un escollo que impedirá a miles de estudiates recibir docencia por radio y televisión en las horas acordadas por las autoridades del Ministerio de Educación.
Algunos especialistas piensan que, sin un compromiso de los padres de familias, de los educadores y de la organización que los agrupa, es casi imposible manejar la docencia a distancia, con una matrícula de casi 3.0 millones de estudiantes.
Interrogantes
“Cómo será manejada la responsabilidad y la atención de los niños hacia las clases que recibirá por radio y televisión con padres que trabajan largas horas y están ausentes de sus viviendas por mucho tiempo”, se preguntan algunos.
“Quién controlará a qué hora esos niños iniciarán y terminará las clases por radio y televisión”, insisten.
Pero, además, abundan las quejas de los docentes del sistema educativo público sobre el estrés que les generan los procesos de evaluación en que están inmersos, al igual que otros aspectos preparativos del inicio de las clases.
Los escollos planteados alejan al ministro de Educación, Roberto Fulcar, de su intención de cerrar la brecha entre ricos y pobres en el sistema educativo dominicano, a pesar de la inversión anunciada de RD$50,000 millones para financiar las clases.
“Los profesores que estarán dando clases de tercer grado de primaria en los bateyes y la frontera, será la misma profesora que estará dando clase en el Naco y Arroyo Hondo”, aseguró el ministro Fulcar, pero el entorno en que se desenvuelven los alumenos es su principal rival.

