El regreso a clases representa una experiencia diferente para cada maestro, estudiante y familia. Hagamos de este momento una práctica de regocijo para todos, de manera especial para los niños, niñas y jóvenes. Con el respaldo recibido por las y los docentes, vivamos esta etapa como una experiencia familiar, involucrándonos en equipo.
Actores educativos (directores, docentes, madres y padres), aprovechemos la semana de ambientación y seamos partícipes en la organización de lo que puede ser un excelente año escolar. Sabemos que implica retos y desafíos; estos días marcan el inicio de un verdadero compromiso de docencia, y también de los padres. Pensemos que, si nuestros hijos son determinantes, debemos crear un ambiente que potencie su entusiasmo.
Al inicio del año escolar, expliquen con claridad lo que esperan en términos académicos y ayuden a los niños a escoger y a comprender la importancia de sus decisiones. Hablen con sus hijos sobre las metas del año y sobre cómo el esfuerzo diario y la motivación pueden generar resultados positivos. Escuchen sus opiniones y compartan experiencias para orientar de manera adecuada.
El respaldo y el compromiso de las familias y de las y los docentes pueden marcar la diferencia entre éxito y el fracaso. Si el niño o niña enfrenta cambios, situaciones difíciles o está pendiente de apoyo, ofrezcan orientación y herramientas para afrontarlo. La creatividad de padres, madres y cuidadores, junto con el compromiso de la escuela, es clave para que el proceso educativo sea exitoso.
Si en tu infancia viviste experiencias negativas, evita trasladarlas a tus hijos. No uses ejemplos que generen desaliento; las declaraciones, reconocimientos y comentarios deben ser constructivos y alentadores.
Para esta primera semana, involucrémonos en la propuesta dirigida a través de la Dirección de Orientación y Psicología del MINERD. Será un ambiente motivador, lleno de alegría, respeto y gratitud, para promover la integración y adaptación de los estudiantes desde el primer día de clases.
Acompaña durante el año cada paso del alumno desde el rol que te corresponde, sea familia o educador. Crea expectativas claras y apuesta a que todos los estudiantes pueden lograr desarrollar su potencial, cada uno de la manera que sabe hacerlo. Ten el compromiso firme de dar lo mejor de ti y estimular el talento de los niños. Es una tarea que solo podremos lograr si lo hacemos en equipo
María Del Carmen Calderón
Por: Neuropsicóloga Educativa