En 1971 la tensión provocada por el terrorismo político mantenía a los barrios populares en permanente zozobra. El grupo “La Banda”, que operaba como brazo intimidatorio del poder político, había perpetrado alevosos crímenes de estudiantes y jóvenes ligados a clubes culturales u organizaciones de izquierda.
Por la protesta de la población, desde el Gobierno se anunció que el temible grupo terrorista había comenzado a ser disuelto. Pero los residentes en los barrios dudaron la versión y la atribuyeron a una maniobra política para bajar las tensiones, aunque para dar constancia de su determinación la Policía apresó a quienes sindicaba como los cabecillas de la organización.
En un discurso que el líder de la oposición, Juan Bosch, declinó comentar, Balaguer había anunciado una reorganización de la Policía para acercarla más a la ciudadanía. Las medidas que anunció no tuvieron, sin embargo, la menor credibilidad.