La inteligencia artificial es, sin duda, el tema del momento, tal como previmos en un video de fin de año donde señalamos las tendencias a seguir en 2023.
Podemos señalar a ChatGPT como el responsable del gran interés que rodea al tema, pues lo cierto es que este desarrollo de OpenAI ha desatado toda una oleada de usos y soluciones que sacan provecho descarado y exagerado a esta tecnología.
¿Es malo sacar provecho a la inteligencia artificial? Todo depende de cómo se mire.
La realidad es que llevamos años sacando provecho, quizás sin tener la plena conciencia de ello, a la inteligencia artificial y cualquier otra tecnología que lleve a la automatización.
Con cada año que pasa, sin embargo, la presencia de la inteligencia artificial y su incidencia en el día a día se hacen cada vez más evidentes, al punto de preguntarnos seriamente qué pasará en lo adelante con ciertos trabajos y profesiones.
ChatGPT, entre otras cosas, está sustituyendo a Google como fuente de consultas. Peor aún, está sustituyendo a periodistas y redactores en ciertos casos, y eso es algo que mueve a preocupación.
Si a esto sumamos que ChatGPT se está usando en conjunto con otras herramientas de inteligencia artificial que son capaces de extraer material para uso en forma de texto, imagen o video, entramos a una realidad alterna donde se crean contenidos sin nada de esfuerzo.
Quizás lo peor de todo es que se trata de contenidos con el potencial de viralizar fácilmente o, al menos, destacar entre la marejada de contenidos que se publican día tras día en toda la internet.
¿Es justo esto? Otra pregunta cuya respuesta depende de cómo se mire. Para quien dedica horas o días a hacer un contenido de calidad, es desmoralizante que venga una persona o entidad a subir un contenido generado por inteligencia artificial y que todas las miradas vayan para allá.
Quien hace esto simplemente dirá que está siendo inteligente y haciendo un uso inteligente de las herramientas a su disposición, pero no es tan simple la cosa.
Tal como ha pasado con CNET y la revelación de que ha estado publicando -subrepticiamente- artículos generados por inteligencia artificial, a menudo estos contenidos no solo son planos y un tanto aburridos, sino que tienen el potencial de estar plagados de errores.
Ahí hay un problema mayúsculo en ciernes, pues estamos echando combustible al fenómeno de la desinformación, las fake news y demás similares, todo porque preferimos ser haraganes y dejar que una máquina/sistema/software haga todo por nosotros.