Carta de los Lectores Opinión

Intereses laborales

Intereses laborales

Cartas

La lucha de intereses sepultó las reformas al Código de Trabajo. Fue una batalla sin cuartel entre los sindicalistas y los patronos. No fue un empate, perdieron los trabajadores.

Se torna necesario un código laboral moderno, Difícil poder complacerlos a todos. Al final, quedan en el aire las reformas necesarias a la ley de trabajo. La cesantía no es negociable. Para los dos sectores el tema de las prestaciones por el despido son intocables. Los sindicalistas quieren la protección, pero los empleadores la rechazan. Muy difícil llegar a una posición intermedia.

Con este receso obligatorio del conocimiento del Código de Trabajo es de esperar que haya una solución fuera de las cámaras legislativas. Senadores y diputados pueden estar de acuerdo con la reforma, pero la misma debe ser consensuada por los interesados.

Con el proyecto congelado y agonizante, en el futuro tocará a empresarios y sindicalistas discutir el tema cara a cara, a sabiendas que los dos van a a tener que sacrificarse. Es una necesidad las reformas Código de Trabajo y nadie lo podrá impedir en forma permanente.

Los sindicalistas tienen dificultades para lograr el consenso. Llegaron hasta amenazar con paros de protesta, pero la realidad es que hoy el movimiento obrero está muy debilitado. No tiene músculos que exhibir, a pesar de que ha logrado la unidad de todas las centrales sindicales, algo que era imposible de pensar hace varios años. ¿Qué le espera al código?. Seguir la brega por su aprobación.

El sector patronal esta sólido en sus planteamientos. Quiere una cesantía condicionada y limitada, la cual es rechazada por las centrales sindicales. Tiene que darse el consenso fuera de las cámaras legislativas.

No es que los congresistas dejen a un lado su obligación de ser los agentes creadores de las leyes. Es lo práctico, que si no hay acuerdos entre las partes, no habrá reformas al Código de Trabajo.

Las nuevas modalidades de trabajo, y la protección que necesitan los asalariados no están contempladas en el código actual, y cuando se presentan los casos y las demandas, se deben hacer remiendos para aplicar sanciones o hacer valer alegatos.

El país reclama la modernización de las leyes, adecuarlas a las necesidades del siglo 21. Ser renuentes a los cambios es perpetuar el atraso y el autoritarismo.

Los que tienen que dialogar son los empresarios y los sindicalistas. Todos tienen que ir a la mesa de discusiones sabiendo que tienen que ceder, y que si hay un código laboral moderno y equitativo, todos saldrán ganadores.
Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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