No importa la calle o avenida de que se trate, mañana, tarde o noche, y todos los días, los tapones son interminables en el Distrito
Nacional y Santo Domingo, no siempre por la cantidad de vehículos sino por la imprudencia de conductores desaprensivos que no respetan las
normas, y por el excesivo tránsito de camiones y patanas por el centro de la ciudad.