Conocidas por su propiedad de evitar el estreñimiento y facilitar el tránsito intestinal, las ciruelas además de contener fibras, poseen muchas más propiedades nutricionales que cuidan y protegen la salud del organismo porque aportan calcio, potasio, cobre, zinc y vitamina A, C y K, además de ser poco calóricas.
Existen más de 200 variedades de este fruto del ciruelo, un árbol de la familia de las rosáceas, por lo que podemos encontrar una amplia gama de tamaños, colores, formas y sabores, la mejor época para su consumo es desde julio hasta octubre, aunque pueden encontrarse en los supermercados durante todo el año, siendo estas recomendables por su valor nutricional.
Es un alimento con escaso valor calórico, ideal para dietas de adelgazamiento, ya que solo contiene 51 calorías por cada 100 gramos de porción comestible.
Tiene propiedades laxantes y prebióticas, pero algunas personas presentan intolerancia a esta sustancia. Las ciruelas se puede comer como postre o se pueden tomar en el desayuno y para picar entre horas, además se puede comer a mordiscos o incorporarlas a bizcochos, budines, flanes y otras recetas ya sean dulces o saladas.
Además de las vitaminas ya mencionadas, este fruto combate la anemia gracias a su contenido en hierro y en vitamina C, que facilita la absorción de este mineral. Aumenta la defensa gracias a ese contenido en antioxidantes, es decir, fortalece el sistema inmunológico, son ricas en fibra y poseen gran cantidad de agua, por lo que ayudan a prevenir y mejorar algunos trastornos intestinales, así como facilitan las buenas digestiones de los alimentos y al ser diuréticas, evitan la retención de líquidos.