Opinión Editorial

La Constitución

La Constitución

Los dominicanos festejan hoy el 181 aniversario de la primera Constitución de la República, promulgada en San Cristóbal, el 6 de noviembre de 1844, meses después de proclamada la Independencia Nacional con la misión jurídica de garantizar la soberanía política, libertad, igualdad y justicia.

La Carta Magna requiere del mayor aprecio, respeto, veneración, obediencia y defensa de los ciudadanos y autoridades, en el entendido de que todo poder público emana de su seno y porque ninguna ley o autoridad puede contradecirla.

El texto Sustantivo ha sido modificado en 40 ocasiones, la mayoría de las veces motivadas por el deseo de los gobernantes de concentrar mayor poder o control del Estado, lo que significa erosionar derechos a la disidencia expresado en la oposición política, por lo que puede decirse que ha sufrido de puñaladas traperas .

La reelección o continuismo presidencial ha sido otra de las causas de tantas modificaciones a la Constitución, en desenfreno de no pocos gobernantes que procuraron prolongar sus mandatos, iniciativas que en muchos casos erosionaron la institucionalidad democrática y la gobernanza.

La Constitución de San Cristóbal nació con una grave infección jurídica expresada en el artículo 210 que confirió poderes extraordinarios y discrecionales al presidente Pedro Santana, lo que abrió compuertas para la represión política y ejecuciones sumarias de próceres y patriotas.

En cambio, la Carta Magna votada en Moca, el 19 de febrero de 1858, es considerada una de las más liberales del siglo XIX, que instituyó libertad de expresión, difusión, libre tránsito, de reunión pacífica, además de reforma electoral, sufragio universal, voto directo y secreto y no reelección presidencial.

La Constitución de 1994 evitó una conflagración civil y abrió compuertas a la modernización del Estado y fortalecimiento de la institucionalidad; la de 2010, insertó instituciones políticas y económicas y sociales de última generación y la de 2024, impuso un candado a la reelección presidencial indefinida.

Hoy como nunca, cuando peligran valores sagrados como la soberanía e integridad territorial, y cuando efluvios de un incierto entorno internacional matizado por guerras, conflictos geopolíticos y pretendida dominación imperial, amenazan los horizontes nacionales, se requiere que los dominicanos literalmente se tomen de las manos y formen un círculo de defensa y obediencia alrededor de la Constitución de la República.

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación