La semana pasada por primera vez en la historia un cohete de una compañía privada logró llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional, en un momento que podría ser tan decisivo para el mundo como lo conocemos que pudiera ser comparable a la introducción y masificación de la computadora personal en los finales de los 70s y finales de los 80s.

No es el hecho de que una compañía privada sea la que realiza el lanzamiento lo particularmente relevante, sino el costo. Al costo de $50 millones de dólares por asiento, esto representa casi una reducción a la mitad del costo más bajo que actualmente ofrece el otro cohete que puede colocar astronautas en la Estación Espacial Internacional, el Soyuz de la Agencia Espacial Rusa.

Esta reducción en el precio del acceso al espacio plantea un cambio fundamental a como la humanidad como especie podrá explotar el universo más allá del planeta y las, literalmente, ilimitadas oportunidades que brinda ese acceso.

En la primera etapa, desde la experimentación en medicina, la manufactura en gravedad cero, el desarrollo en la ciencia de materiales, entre muchos de los avances iniciales en la explotación económica del espacio serán posibles trabajarlos directamente por especialistas llevados directamente a sus laboratorios en la Estación Espacial Internacional a precios razonables para las empresas que busquen realizar esos desarrollos.

Pero al igual como ocurrió con la introducción del carro, de los aviones y la computadora personal, lo que empieza como un acceso razonable para empresas y las personas con más dinero, por la competencia misma inevitablemente el acceso tiende a extenderse a todo el público. Esa es la importancia del evento de la pasada semana.

Aunque SpaceX se convirtió en la primera empresa privada en colocar astronautas en la Estación Espacial Internacional, ya otras empresas como Boeing, Blue Origin y Virgin Galactic están tratando de ofrecer el mismo servicio o tener una capacidad similar, lo que ya cementa la realidad de una competencia que se sostendrá en el tiempo.

La pasada semana el mundo fue testigo del inicio de una nueva era, como en su momento la máquina de vapor creó la era industrial, la invención del Modelo T de Ford creó la era del motor de combustión interna, y la introducción de la computadora personal y eventualmente el internet produjo la era digital, hoy vivimos el inicio de la era espacial, donde el espacio empezará a ser un activo para el total de la humanidad. Es un privilegio vivir en tiempos como este.

POR: Orlando Gómez
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