Miguelina Terrero
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En ocasiones los padres nos sentimos preocupados por ciertas conductas de nuestros hijos, pero en otras, la voz de alerta la da otra persona externa al hogar, o surgen de la misma escuela.
Es entonces cuando comienzan los padres a preocuparse e indagar más sobre el asunto, con el mismo niño o la persona que les informó sobre esta conducta y surge la idea de evaluarlo psicológicamente. Con mucha razón, la terapeuta Lía Biaggi analiza que “a pesar de que en los últimos tiempos se está dando una mayor apertura a lo que son los profesionales involucrados con la salud mental, hay todavía mucha resistencia a acudir a éstos. En múltiples ocasiones se escucha, tanto en los planos coloquiales, como ya en consulta, «nadie me tiene que decir qué hacer con mis hijos», o «los psicólogos son para locos y yo no estoy loco» ”.
La profesional del la psicología, que es además psicoterapeuta de niños y adolescentes del Centro Vida y Familia dice que los niños no poseen, como los adultos, un lenguaje tan desarrollado y una capacidad de reflexión y análisis interno, para poder expresar cuando tienen una dificultad o malestar a nivel emocional. La forma de demostrarlo es a través de la conducta, portándose mal, con bajo rendimiento académico, baja tolerancia a la frustración, que se podría traducir en rabietas constantes, llorar con frecuencia, presentar conductas agresivas, entre otros. Como terapeuta infantil, dice que cuando los padres llegan preocupados por una situación con sus niños, se realizan pruebas, observación clínica, juegos, entrevistas, con los que se trata de determinar qué situaciones pueden estar dificultando en el niño un óptimo rendimiento en todas las áreas. Completa que una de las formas de evaluación más ricas es a través del dibujo y del juego del niño, este es su medio natural de comunicación, a través de los mismos expresan sus malestares, conflictos, emociones, pensamientos, frustraciones, a su vez que los trabaja. “Siempre le digo a los padres que no se sientan avergonzados por buscar ayuda, ningún niño viene con un manual bajo el brazo y la condición de ser humanos trae consigo el hecho de en muchas ocasiones no saber qué hacer, buscar ayuda con tiempo puede influir en la mejoría completa de un niño”.