La guanábana es una de las frutas que nuestros antiguos pobladores gustaban y que fue descrita por los cronistas de los colonizadores.
En la descripción de la flora que los cronistas de India hacen, vemos que el Padre Bartolomé de las Casas y Gonzalo Fernández de Oviedo, al referirse a esta especie vegetal, la describen de forma similar y diferente a la vez.
En su Apologética Histórica, el Padre Las Casas, al referirse a la guanábana dice:
Son muy sabrosas con un poco de agrio que le da el buen sabor, hay en cada una qué comer dos hombres.
“Es un arbolito siempre verde, de 5 a 8 metros, de follaje compacto muy común en nuestros campos y ciudades donde crece espontáneamente, oriunda de América del Sur y probablemente de las Antillas.
El fruto es muy demandado por sus propiedades medicinales, nutritivas, refrescantes y por el sabor aroma que contiene al comerse maduro. También se prepara la bebida llamada champola que es una mezcla de pulpa, leche y un poquito de azúcar. Además se hacen helados, conservas y postres de gelatina.
Su nombre científico es Annona muricata L. del Latín Annona significa cosecha anual y muricata quiere decir, la forma erizada o escamosa de los frutos. Pertenece a la familia Anonáceas, el cual se encuentran otros parientes como el Anón y el Mamón.
También tiene los siguientes nombres comunes: Zapote agrio, guanábana, jaca de pará y graviola.
El fruto es grande, carnoso, verde oscuro, aromático, de forma elipsoideal, ovoide y asimétrico.
La epidermis o cascara está recubierta de muchas espinas carnosas, blandas y curvas, y tienen un olor desagradable; la pulpa es jugosa, blanca, mediante acida y dulce, de sabor agradable.