Con la sucesión de varios hechos noticiosos muy trascendentales, el tema de la seguridad en nuestro país ha quedado relegado a un tercer plano, pero eso no significa que ha dejado de ser una preocupación en la ciudadanía o que ha disminuido considerablemente.
Si bien es cierto que desde la esfera gubernamental se han venido realizando grandes esfuerzos para combatir la delincuencia, se siente el temor en la población y todos los días resaltan hechos delictivos en que ciudadanos se convierten en víctimas de los antisociales.
Se siente el temor en la población, ya no importa horas, lugares, o si es de día o de noche, los delincuentes siempre están al asecho las 24 horas y los 7 días de la semana; parece llevarle un paso adelante a las autoridades reinventando nuevos métodos y forma de cometer sus fechorías.
Esto indica que el ciudadano ya no está seguro ni siquiera en su propia casa, que son vulnerables todas las medidas que tomen para resguardar sus bienes; estamos expuesto a ser víctimas de la delincuencia de mil y una forma, desde el raterismo común, hasta la estafa cibernética a través de las redes sociales, el hackeo de cuentas, la clonación de tarjetas, etc., etc.
La ciudadanía esta en pánico, estamos ante una situación de emergencia, las autoridades están haciendo grandes esfuerzos, es cierto, pero se necesita más acciones hacia el combate a la delincuencia; ya no basta con los métodos represivos con que actúa la policía, se necesita el diseño de estrategias que puedan dar pasos de avances que le devuelvan la tranquilidad a la población.
No se trata de hechos aislados o fortuitos, es toda la población que está en pánico con los hechos delictivos de numerosos antisociales que no respetan horas, lugares ni personas para cometer sus fechorías; hasta en las iglesias estamos a merced de la delincuencia.
La inseguridad en nuestro país ha dejado de ser un problema particular que afecta a determinados ciudadanos, esto se ha convertido en un problema de seguridad nacional, debido a que la imagen que se envía hacia el exterior es muy preocupante.
La mayor fuente de ingreso de este país es el turismo, el visitante necesita sentirse seguro, y esa seguridad, es una de sus observaciones a la hora de escoger un destino para vacacional.
Debemos proteger al ciudadano y preservar la imagen de nuestro país, no podemos darle caldo de cultivo a la competencia internacional en materia de turismo; por lo tanto, hay que aunar esfuerzos para enviar un mensaje a los delincuentes, que no vamos a estar a merced de sus fechorías, que deben de desistir de sus malas acciones, porque habrá grandes consecuencias.
Debemos tomar las medidas que sean necesarias, sin escatimar esfuerzos ni recursos, hay que retomar la confianza de la población y devolver la tranquilidad y la paz social que nos merecemos.