En el Pensador, barrio del populoso sector de Villa Duarte, en Santo Domingo Este, no hay una entidad más conocida y popular.
Cinco estadios de béisbol se entrelazan en un vasto terreno sobre el cual ha sido erigida la instalación con una casa club en construcción, que habrá de albergar gimnasio, oficinas administrativas, salón de conferencias, cafetería, academia de idiomas, oficina de una fundación, habitaciones para alojar ligas visitantes y área recreativa, sistema de seguridad con monitoreo permanente en todas las áreas, entre otras comodidades.
Ese es hoy el hogar de la Academia La Javilla.
Y pensar que 60 años atrás fue solo un solar baldío en el que un visionario: Juan José Carmona (Vivo), plantó su simiente.
El inicio
El 27 de agosto de 1939 vio nacer a Vivo Carmona. Dos años después perdió a su padre por lo que su madre Emiliana Jiménez tuvo que enviarlo a las calles a vender dulces, limpiar zapatos y realizar otros quehaceres para ayudar a mantener la familia de 4 hermanos.
Cuentan que Vivo se escapaba de la escuela para jugar béisbol y que cuando tuvo la edad realizó el Servicio Militar Obligatorio, pasando a ser deportista en el Ejército y más tarde pasó a la Armada Dominicana, como jugador y entrenador.
Sin recursos
Amante del béisbol y preocupado por dar a niños y jóvenes de su entorno una oportunidad, formó una liga, que tuvo como primer local su casa en un patio de la calle Federico Velázquez, casi esquina Máximo Grullón.
Guantes de lona, gorras de cartón, bates de palos de matas de guayaba, uniformes de sacos de harina, conformaban los útiles de la naciente liga cuyo nombre tuvo su origen en un frondoso árbol de javilla ubicado en el terreno que le servía de play.
Durante años la liga fue nómada, siendo albergada por una esquina del estadio La Normal, luego en un lugar de Haina, el estadio Felipe Maduro en la parte alta de la ciudad, la llamada Marina, en 1968 hasta llegar al solar baldío que más tarde se convertiría en hogar definitivo.
En 1977 todavía esperaba la primera ayuda oficial.
El 19 de noviembre del 2009 Vivo murió, pero el árbol que plantó continúa dando frutos.
Dejó cinco plays, una pequeña oficina, cinco entrenadores y alrededor de 400 miembros en una liga que ganó gran reputación.
Pero sus hijos, John, Niove y Mayra son, sin quizás, su mayor legado a la sociedad.
Ellos han hecho crecer la entidad y en qué forma:
En lo personal: 14 entrenadores, más de 900 jugadores distribuidos en 48 equipos de diferentes categorías.
En lo organizativo: áreas de presidencia y vicepresidencia; departamento jurídico; tesorería, departamento administrativo, contabilidad, recursos humanos, tecnología y servicios generales, área de capacitación y comunicación ágil y moderna.
En lo estructural: cinco estadios, casa club en construcción; fundación Vivo Carmona y Academia de inglés.
“Calculamos que por la Academia La Javilla han pasado unos 40 mil jugadores en los 60 años”, comenta John Carmona, presidente de la entidad.
Ente esos jugadores figuran nombres de personas que han alcanzado el éxito, unos como peloteros profesionales, otros en diferentes profesiones. Para muestra, un botón: José Joaquín Puello, Roberto Salcedo, Juan de los Santos, Luis Mercedes, Bebé Guerrero, Aramis Ramírez, Gilberto Reyes, Junior Noboa, Eppy Guerrero, Mariano Duncan, Angelo Encarnación y Fidel Mejía,
UN APUNTE
Historial de éxitos
La Academia La Javilla ha logrado más títulos en eventos nacionales e internacionales que cualquier otra entidad de su género. Sus 60 años la hacen la liga con mayor tiempo de trabajo continuo en el país y probablemente en todo el Caribe. La directiva, encabezada por su presidente, John Carmona, la vice presidente, Niove Carmona, y Rafael Castillo, director de Gestión Humana, ha implantado una filosofía en la que resaltan, la disciplina, capacitación constante e identificación con la lucha contra los males sociales.