La prueba para determinar si los choferes se drogan, es un ensayo que es bienvenido, pero esa acción no será el milagro que acabe con las imprudencias en el concho.Desde hace años se denuncia, y se ve a simple vista, que hay decenas de choferes que se endrogan o son borrachones. Los sindicatos ocultan esas anomalías.
Un drogado o un borrachín no deben trabajar manejando y transportando pasajeros.¿Por qué los sindicatos son indiferentes a esta situación?. Difícil de fijar posiciones objetivas.
Lo cierto es que nunca los grupos que manejan el transporte de pasajeros, en carros o guaguas, han tenido interés en legalizar la situación del simple chofer.Los manejadores del concho lo tienen como su arma de reglamento y doblegan a todos los gobiernos, que prefieren doblar la cabeza, antes que encontrarse en enfrentamientos con los gremios.
Los sindicatos de choferes son organismos todo-poderosos, donde se venden las rutas, se fijan los precios de los pasajes, son dueños de los corredores nuevos, y son amigos de todos los gobiernos y los partidos políticos.Hacen señalamientos incendiaros a los gobiernos de turno, pero a la callada, ya que son de sus principales colabores, facilitando guaguas a las actividades partidistas, con precios especiales o de regalo.
Los cabecillas de los choferes, que hoy son empresarios, pequeños o grandes, siguen la mística oportunistas de que hay que estar con todo el que huela a poder, sea un síndico, un presidente, el partido de gobierno o grupos de oposición. Esa línea les ha dado resultados, de ahí que el pueblo considera que trabajan como les da la gana e imponen la ley de la calle.
Las muestras anti dopaje son una necesidad, pero es sólo una parte del problema, hay que seguir profundizando. Las pruebas que se realizan ahora es un hecho positivo, por lo menos debe haber una advertencia a los choferes de que tienen que ir donde un sicólogo, y la licencia, si tienen, suspendida por un período de tiempo.No sería una sorpresa que solo un puñado de los que laboran en el concho tenga licencia. Hay una herencia.
Cuando el chofer titular deja el volante, sube el cobrador, que carece de documentos legales y solo le interesa llenar su vehículo.Debe quedar en manos del gobierno fijar las rutas largas, y no que sean cortas a capricho de los choferes, el precio real del pasaje, la seguridad de los que abordan los vehículos, y que haya un respeto total al usuario.
Por: Manuel Hernández Villet