¿Qué Pasa?

La Montaña  Embrujada

La Montaña  Embrujada

En esencia, todo esto ya se vio antes, no una sino dos veces, y en el caso de “Encuentro Cercano del Tercer Tipo”, film con el cual esta historieta tiene una deuda impagable; de forma infinitamente mucho mejor. Lo que representa esta película es sencillamente la magia o el poder de Hollywood hecho realidad. Probablemente en ninguna otra parte del mundo un relato tan pueril, insignificante e inconsistente habría terminado hecho una película. Pero en Hollywood todo es posible. Esa es la verdadera magia del cine.

Dicho sea de paso, ‘La Montaña Embrujada’ pone en evidencia, una vez más, la insultante escasez creativa o la orfandad narrativa en la que deambula la industria. La película no solo toma de aquí y de allá para ‘armar’ su fundamento narrativo, sino que constituye además, un remake de un film de 1975 (Escape to Witch Mountain), que a su vez derivó en otra versión hecha especialmente para la televisión en 1995. ¿Es este acaso el tipo de historia que reclama ser revisitada o reactualizada cada cierto tiempo? De ninguna manera.

A decir verdad, la historia aquí es simplemente una excusa para la exhibición y montaje de una serie de supuestos espectaculares efectos visuales. La realidad dista mucho de allí.

Jack Bruno (Dwayne Johnson), es un taxista de Las Vegas a quien el ‘destino’ elige para que viva la más emocionante aventura de su vida. Los dos teenagers sentados en su taxi, Sara y Seth, no son personas reales. Son en realidad dos extraterrestres, en misión de paz y al rescate de su propio planeta, cuya nave se accidentó en la Tierra. Ella tiene poderes telepáticos y telekineticos, mientras él puede traspasar paredes y objetos, o absorber grandes impactos, sin moverse ni un centímetro.

 A pesar de todos sus extraordinarios poderes, necesitan de un chofer que los lleve ‘correteando’ de un lugar para otro. ¿Por qué razón? Vaya usted a saber. Tras ellos van innumerables agentes del gobierno y un misterioso asesino procedente de su propio planeta. Así que a correr se ha dicho.

Nada es fresco no creativo en ‘La Montaña Embrujada’, y aún cuando el ritmo es bastante frenético, en más de una ocasión se siente vacío, lento y embriagado en su propia futilidad e inmediatez. Por otra parte, no hay duda de que Dwayne Johnson tiene carisma, e incluso puede actuar mucho mejor de lo que la mayoría de la gente cree, pero eso no es suficiente para hacer un film. Por lo tanto, esta no es su película; con todo y que él sea lo único que destella cierto brillo.

Ahora bien, mientras no se preste atención ni se siga el rastro de por donde va la historia, los niños, y solo ellos, podrán disfrutar la película.

El Nacional

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