Opinión Articulistas

La pregunta correcta

La pregunta correcta

Eduardo Álvarez

Va a marcar la diferencia. No necesariamente la respuesta adecuada u oportuna. Y la cuestión está en que el principio del conocimiento parte de la curiosidad aún cuando esté basado en la experiencia.

De ahí que toda información requiera precisión a los fines de un mejor entendimiento. Y es exactamente en la búsqueda de datos donde se establece la calidad del contenido.

A propósito, por supuesto, de las indagaciones y los métodos que empleamos para componer y entregar un estudio bien acabado, por tanto, útil y entretenido. Si esto o aquello no consigue alegrarnos o darle sentido a la vida, no sirve de nada.

Así que, en procura de hacer de nuestro trabajo un medio o instrumento provechoso, funcional y atractivo, es necesario estar conscientes de que lo mejor está, no en consumir la información, sino en producirla o encontrarla.

Entonces, procede en este punto entender que encuentra más y mejores detalles quien tiene una mente abierta y despierta. Aguda y curiosa, con asomos y en pleno uso de la genialidad. Condición aún fuera del alcance de algoritmos de los que hace uso y dispone la inteligencia artificial.

Que para las respuestas sí son muy buenas las máquinas, es decir, la data que podemos encontrar en los buscadores digitales. La diferencia está -permítanme reiterarlo a manera de colofón-, en saber con gracia y precisión qué preguntar. Tarea que apenas se obtiene, con persistencia, en una dilatada práctica, repetida y consistente.

La acción, definida en la búsqueda de contenido, no solo sostiene el conocimiento, lo articula y le da razón de ser. Y todo empieza con una buena pregunta.