No es ningún secreto que la pandemia del coronavirus, que ya se ha cobrado más de 400 mil vidas y afectado a más de 4 millones de personas, ha sacado a relucir las insospechadas debilidades del sector salud en casi todos los países.
Esa realidad ha llevado al papa Francisco a clamar que se invierta más en sanidad como bien común primario, fortaleciendo las estructuras y designando más personal de enfermería. Su Santidad parece hacerse eco de los reclamos que se han enarbolado en República Dominicana ante la propagación de la pandemia.
Lo que se ha visto con el coronavirus es para que la clase política y los grupos económicos destinen, como pide el Papa, más recursos para reforzar un sector cuyas debilidades han quedado al desnudo. En el marco de la crisis sanitaria se ha evidenciado la relevancia que tiene el subestimado personal del sector salud.

