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Laboratorio a prueba

Laboratorio a prueba

A pesar de todos los anuncios para agilizar y mejorar el servicio, las quejas no cesan sobre las dificultades que dicen encontrar los ciudadanos en el Laboratorio Nacional para las pruebas sobre el coronavirus.

Se ha hablado de que el centro operará las 24 horas del día en tres tandas de ocho horas cada una, pero efectuarse una prueba y recibir los resultados todavía constituye una odisea.

El caso de la señora María Luz Morales es muy elocuente. Dice que cuando llegó las puertas del centro estaban cerradas y tras permanecer más de una hora en espera no salió ningún empleado a ofrecerle una explicación. Otro caso es el de José Manuel Castillo, quien desde el 16 de julio al 22 de agosto no había recibido los resultados.

El centro ha presentado muchos inconvenientes que las autoridades tendrán que buscar la manera de que se superen definitivamente. Con la masificación hay muchas esperanzas de avanzar en la lucha contra la enfermedad, aunque es justo reconocer que tras diferentes medidas se ha notado una declinación de la curva de contagiados.

Pero ese descenso y la ocupación de menor número de camas no es ni remotamente para bajar la guardia. Todavía hay que insistir en los tapabocas y el distanciamiento entre las medidas para contener la propagación de la epidemia.

El caso del Laboratorio Nacional es digno de que se le preste atención por el importante papel que desempeña en una batalla contra una pandemia que, con el concurso de todos los sectores, tiene que ganarse.

El Nacional

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