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Laguna de Cabral

Laguna de Cabral

Vista actual de la laguna de Cabral.

Con sus aproximadamente 28 kilómetros cuadrados y su rica variedad y abundancia de árboles, peces y aves, la laguna de Cabral era, además de un atractivo turístico, una fuente de vida para las poblaciones vecinas. De la flora, la fauna y el turismo se mantenían decenas de familias de El Peñón, Cristóbal, Cabral y de otras localidades, pero esos tiempos solo existen como evocación. En el pasado el enemigo de la laguna eran las crecidas del río Yaque del Sur, que la inundaba de sedimentos. Pero en los últimos tiempos han sido la deforestación y la falta de atención de parte de las autoridades de Medio Ambiente. Es lo que alegan comunitarios de la zona que hoy claman auxilio a las autoridades para recuperar la laguna del desierto en que se ha convertido. Al exponer el drama que se vive por la sequía de la laguna, Domingo Féliz dijo que en un día los pescadores podían obtener hasta 30 mil pesos, pero que desde que el afluente comenzó a secarse no conseguían ni siquiera siete mil. Sin embargo, los residentes en la zona estiman que no todo está perdido y que con un poco de buena voluntad se puede recuperar el espacio. Dragar el cauce, reforestar la cuenca y actuar con los depredadores son de las medidas que se han enarbolado para devolver la vida y el esplendor a la otra fuente de vida a los comunitarios de Barahona e Independencia. Las autoridades no deben abandonar a su suerte a esas familias, pero tampoco permitir que se extinga una fuente de agua dulce como la laguna de Cabral.

El Nacional

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