Opinión Editorial

Las Parras: otro capítulo

Las Parras: otro capítulo

Con la inauguración de la primera fase, el centro de corrección y rehabilitación Las Parras, en Guerra, inicia otro capítulo en su larga historia desde que el proyecto se diseñó como alternativa para desmantelar y trasladar a los reclusos de la cárcel de La Victoria, pero también para modernizar el sistema penitenciario.

Los espacios son medios fundamentales para la educación y reinserción de los privados de libertad, pero también la buena gerencia para alcanzar los objetivos sin que se incurra en violaciones de ninguna índole.

En su primera fase el recinto albergará a 2,400 reclusos, pero tendrá capacidad, cuando concluya el proyecto, que según las autoridades será a fines de 2026, para alojar a 8,500 reos.

Tratándose de alrededor de una tercera parte de la población carcelaria la obra, que ha sido elogiada como modelo de gestión penitenciaria, está llamada a acabar con el hacinamiento, la ausencia de condiciones sanitarias y otros males que deshumanizan el régimen.

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Pero hay muchos aspectos que se han anunciado que están por verse, pues se sabe de viejo que una cosa es lo que se dice y otra la que se hace.

En su discurso durante la apertura del recinto, el director de Servicios Penitenciarios y Correccionales, Roberto Santana, garantizó que el centro operará con profesionalidad y control estricto. “Aquí”, dijo, “no mandan los delincuentes. Aquí manda el Estado. Este no es un centro vacacional.

Este es un centro de cumplimiento de sanción social”. Es claro que el funcionario tocó aspectos que no venían al caso, pero delineó a grandes rasgos el sistema operativo.

Desde que se concibió el proyecto el recinto ha recorrido un largo viacrucis, que ha implicado rediseño y hasta acciones judiciales por supuestos actos de corrupción durante la ejecución.

El ministro de Vivienda, Carlos Bonilla, resaltó que bajo la actual administración la obra se concibió como infraestructura moderna con el propósito de transformar las condiciones de vida de los privados de libertad.

Es saludable por demás que se hayan tomado en cuenta todos los detalles técnicos para sustentar la inversión.

El gran reto con la inauguración de la primera fase de Las Parras lo representa una gestión profesional y humana, que sea determinante en la rehabilitación y reinserción de los reclusos.

El Nacional

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