Opinión Articulistas

Lecciones de Melissa

Lecciones de Melissa

José Antonio Aybar

La tormenta Melissa dejó al descu­bierto, una vez más, la profunda vul­nerabilidad de la República Domini­cana ante los fenómenos naturales. Las intensas lluvias que anegaron calles y viviendas también inundaron la con­ciencia nacional, recordándonos que el verdadero problema no es la naturale­za, sino la irresponsabilidad humana.

Basura acumulada, drenajes obstrui­dos y construcciones improvisadas. Las imágenes de avenidas convertidas en ríos y barrios sumergidos no son simples postales de un aguacero, sino la consecuen­cia de una cultura ciudadana que todavía no asume su responsabilidad ambiental.

Cada funda plástica arrojada a una cañada, cada botella tirada al suelo, termina for­mando parte de un sistema de desechos que impide al agua seguir su curso natural. Las lluvias terminan castigando con ma­yor fuerza a quienes viven en la fron­tera entre la pobreza y la indiferencia.

Pero sería simplista culpar solo al ciudada­no. Melissa también evidenció el costo de décadas de improvisación urbana y permi­sividad institucional.

Se asfaltan calles sin drenajes, se constru­yen urbanizaciones sobre humedales y se ignoran estudios de impacto ambiental. Los ayuntamientos y el Ministerio de Obras Públicas y Comuniclacio­nes no pueden continuar repitien­do operativos de limpieza cada vez que el cielo se oscurece.

Se requie­re de una política nacional de gestión de aguas pluviales que responda a la realidad climática y urbana del país.

La tormenta Melissa fue un llamado de atención. No basta con pedir ayuda cuando el agua sube, urge un pacto so­cial que priorice la limpieza, el drenaje y el ordenamiento territorial como pilares de salud pública y desarrollo sostenible. Los desastres naturales son inevitables, los desastres urbanos, no.