
‘’ Iniciaremos un proceso de consultas con muchas personas que pueden aportar, para tener unos estatutos menos interpretativos y más reales a los reclamos del movimiento olímpico’’. Le manifesté al amigo Rubén que muchas de las cosas negativas, tienen que ver con los
La mayoría de nuestros hacedores de opinión pública, hace muchos años, quizás desde la fundación de nuestra República, se han amparado en un sistema de creencia, es decir: creen muchas cosas, pero no hacen el mínimo esfuerzo para pensarlas.
Por eso he dicho que el proyecto sometido al Congreso por el Poder Ejecutivo, más que buscar la libertad de expresión, debe enfocarse en procurar la libertad de pensamiento.
Es más que propicia la ocasión para recordar a quienes hablan de que el gobierno los quiere amordazar, que fue la gran Revolución Francesa de 1789, que, en su Declaración de los Derechos del Hombre y Ciudadano, proclamó la tolerancia y la abolición de la censura, sin embargó, alguno años después, esos mismos revolucionarios creyeron que había que limitar de cualquier forma legal, tantas calumnias e injurias que amenazaban la moralidad de la República.
Yo estoy absolutamente convencido de que el auge de las redes sociales ha servido para que muchas personas socialmente insignificantes y frustradas, usen estos medios como una manera de hacerse notar y adquirir fama, no en base a talento, sino en acusaciones casi siempre infundadas y una vulgaridad que ya resulta intolerable para quienes nos sentimos comprometidos con el futuro moral de esta patria, forjada por grandes mujeres y hombres que merecen que su memoria sea respetada.
Es entendible que algunas plataformas, manejan contenidos con responsabilidad y profesionalidad, pero este país no puede permitir que todo el que quiera calumniar a personas respetadas socialmente, lo hagan sin ningún régimen de consecuencia.
Saludable es recordar al gran don Emilio Castelar: es preferible sentir la ausencia del aire y no del orden, en tal sentido, el gobierno del presidente Luis Abinader Corona, debe estar dispuesto a escuchar que se le tilde de la peor manera, pero debe regular con autoridad los medios de comunicación para detener tantas injurias y calumnias, realizadas por ‘’ personajes’’ que sólo buscan likes y »monetizar» a cambio de matar reputaciones ajenas. Es hora de actuar ante tantas maledicencias.