Esposado, a empujones y en medio de estrictas medidas de seguridad, fue trasladado este miércoles para ser interrogado en la Procuraduría Especializada contra la Corrupción Administrativa el exjuez Francisco Arias Valera, acusado de pertenecer a una mafia que se dedicaba a la venta de sentencias.
Contrario a las reverencias que le hacían a su llegada al Palacio de Justicia del Centro de los Héroes, esta vez Arias Valera fue tratado como un preso de la peor calaña, con esposas en las manos y una seguridad estricta.
Sobre el mismo caso, ayer fue interrogada la juez Awilda Reyes Beltré, quien según las autoridades del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, se encuentra en un estado depresivo agudo.
En contra de dichos magistrados, la directora de la Procuraduría Especializada contra la Corrupción Administrativa, Laura Guerrero, dijo que por la gravedad de los hechos, podrían enfrentar una condena de 20 años de cárcel.
Antes del interrogatorio, Guerrero dijo que el Ministerio Público sigue con las pesquisas del caso, del cual considera hay hallazgos graves.
Reyes Beltré y Arias Valera están acusados de negociar sentencias de los casos que llevaban, entre ellos el que involucra al regidor de Pedro Brand, Erikson de los Santos, acusado de sicariato.

