Conozco al general, puesto en retiro, Jorge Radhamés Zorrilla Ozuna, desde hace alrededor de doce años poquito de cerca. Y aunque no he tenido ocasión u oportunidad de entrañar con él, la verdad es que tenemos cierta empatía. Particularmente le tengo gran aprecio y admiración.
En varias ocasiones he ponderado sus cualidades. Sobresalientes. En el ámbito profesional, político y como funcionario público cuando le ha tocado ejercer alguna función en el aparato estatal.
Actualmente es presidente del Partido Civico Renovador (PCR), es presidente de la Fundación Sila Ozuna, también dirige el Instituto de Estudios Antillanista Gregorio Luperón. En el Gobierno del ex presidente Hipólito Mejía, estuvo a cargo de la jefatura del ejército de la República Dominicana, y más recientemente fue Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Estabilización de Precios (INESPRE).
Hace varios meses que Zorrilla Ozuna viene promoviendo una brillante idea, una magnífica iniciativa: Que el fallecido doctor José Francisco Peña Gómez, sea declarado presidente post mortem de la República Dominicana. Totalmente de acuerdo.
Si analizamos y escudriñamos bien en nuestra historia contemporánea. Si atencionamos bien, con objetividad, los acontecimientos alrededor de los procesos electorales en nuestro país de los años 1994 y 1996, hay que admitir que Peña Gómez, le ganó las elecciones del 94 a Joaquín Balaguer y, le ganó las elecciones del 96 a Leonel Fernández. Si, usted leyó bien, le ganó a Leonel en el 96. Aunque como sabemos, estas realidades, fueron truncadas.
Al extinto José Francisco peña Gómez, se le reconoce como uno de los más grandes líderes políticos, como uno de los más destacados líderes de masas de nuestro país. Personaje de nuestra historia reciente de trascendencia universal. Igualmente se le reconoce como uno de los mejores tribunos, de los más sobresalientes oradores que hemos tenido los dominicanos.
José Francisco Peña Gómez fue de una conducta Política y una personalidad prístinas, acrisoladas. Todos los lauros y homenajes póstumos que se le puedan hacer, él se los tiene sobradamente merecidos…
Ahora bien, el mejor homenaje que podemos hacerle a este gran hombre, a este gran ser humano, principalmente aquellos que seguimos su pensamiento y accionar político, es tratar de imitarlo, predicamento con el que se está de acuerdo el general Zorrilla Ozuna.
Por: José Vicente Calderón R.