
El alza del precio del dólar, que se cotizó a 64 pesos por uno, mantenía con preocupación a diversos sectoress, debido a lo cual las autoridades buscan solución a ese problema.
La convertibilidad de la economía en el factor dólar, obliga a tomar medidas de emergencia con la canasta familiar. Aparte del agiotismo y la especulación tradicional, ahora está que todos los productos se cotizan en dólares.Lo que se impone es que se haga un estudio inmediato de cómo controlar el aumento extraordinario de precio de la canasta familiar, que aunque usted no se dé cuenta, la está pagando en dólares.
En este abril llega el aumento salarial de un doce por ciento, primera parte del discutido reajuste de un 20 por ciento. La triste realidad es que ya subieron los precios de los alimentos y el servicio.Una excusa que dan los comerciantes es que el dólar va dirigiendo la economía nacional y que deben hacer constantes reajustes, otros simplemente señalan que tienen que aumentar sus ganancias en instantes de crisis.Lo cierto es que el aumento salarial de un 20 por ciento se dividió en dos etapas, para la segunda será el restante 8 por ciento en el venidero año, pero los aumentos son ahora, en el acto.¿Qué se puede hacer?. El consumidor nada puede hacer.
Su única salida es tratar de lograr mayores recursos económicos, aún con un desgaste al tener dos o tres trabajo.Y ni siquiera así podrá ir a solucionar sus problemas esenciales. Los clclos conservadores de los economistas cercanos al Banco Central es que el primer nivel de la canasta familiar debe sobrepasar los 35 mil pesos mensuales, mientras otros analistas lo sitúan en un 40 por ciento.
Es imposible que la mayor parte de la población pueda subsistir en base a esa inflación y de esas mareas embravecidas creadas por el aumento sostenido de la prima del dólar. La familia lo que hace es restringirse cada día más.La solución a este mal depende del gobierno. Una salida política y social ambientada en los graves problema de subsistencia que tiene los dominicano.
Obligatoriamente hay que señalar los gasto extras que se originan por el pago de los servicios.Lo recomendable es que desde el gobierno haya un encuentro con los empresarios, los pequeños comerciantes y los consumidores y se fijen niveles protegidos para los alimentos, las medicinas y los servicios.
En los servicios, se colocarían diversa opciones, para que el cliente escoja la que puede pagar, sin ser un gran sacrificio y sin poner en peligro otras áreas de importancia. A trabajar ahora, que estamos atravesando, sin chaleco salvavidas, río desbordado.
Por: Manuel Hernández Villeta