Lo hizo muy bien el Presidente Donald Trump. Al suspender de manera momentánea los fondos de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), en donde una investigación del Departamento de Estado determinó, que esta entidad destinaba parte de su economía para financiar el pago a la promoción de ciertas acciones que iban en contra con los preceptos divinos.
El mandatario estadounidense y pese a la gigantesca campaña montada en su contra, era el que tenía el discurso adverso de la descomposición de los sanos preceptos y la formación integral de la familia.
No en vano los llamados sectores conservadores y las iglesias evangélicas no solo de los Estados Unidos sino de gran parte de Latinoamérica, tenían un discurso Pro-Trump, en donde por ejemplo, el líder protestante más grande de estos tiempos en nuestro país, el pastor Ezequiel Molina Rosario, en más de una ocasión y a través de su tan escuchado programa de Radio Ven, » Tomando de la Fuente» precisaba, que la citada nación norteamericana necesitaba un Presidente como el actual ante el descalabro moral y el derrotero que llevaba el mundo.
Eso de tomar millonarias sumas de dólares para la promoción de la incultura LGTB, la cual atenta de manera abierta contra el sano desarrollo de la familia, es algo que sobre todo los que tenemos temor divino debemos aplaudir, y no solo los sectores evangélicos, sino todos aquellos que entendemos que en términos morales el mundo camina (?) hacia un despeñadero.
El mensaje de Trump, es un aviso a todos aquellos que montándose en la plataforma de ciertas popularidades, usaban sus influencias para provocar la instauración de un sistema que ni por asomo iba con los planes divinos.