Los jueces de la Suprema Corte de Justicia deben ser seleccionados por diez años. De esa forma, no tendrían que pasar por una depuración a los siete años de ejercicio. Diez años trabajando de corrido, no pudiendo postularse de nuevo al cargo.
En los últimos años la Suprema ha sido un faro de luz como organismo rector de ls justicia. Sus decisiones no caen en el favoritismos, sino apegadas a los reglamentos. Eso tiene que ser valorado por la población.
Pero se deben realizar los cambios en los reglamentos y hasta en la misma Constitución si fuera necesario, para que a los jueces de la Suprema se les escoja por diez años, y no por siete como es hora mismo.
Se trata de eficientizar más los servicios y la dedicación al trabajo. A los siete años de ejercicio no veremos a jueces cabildeando seguir en el puesto. Diez años son suficientes. Después volver al sector privado, o sencillamente a disfrutar de su pensión.El Consejo Nacional de la magistratura es el organismo que tiene a su cargo el escoger a los jueces. Tiene representación de los sectores más importantes del país. Hay que tornar sus decisiones fuera del partidismo.
Aunque es normal que en todas las actividades nacionales, el partidismo lleve la voz cantante. Es difícil encontrar a un aspirante a juez de la Suprema que no cuente con el apoyo de un sector partidista determinado.
Lo trascendental es que desde el momento que se oficializa su candidatura deje de ser simpatizante, miembro o allegado de un partido político. Su deber y compromiso pasa a ser con la patria
Hay ejemplos de jueces que llegaron al cargo gracias al empujón de una personalidad política, pero tan pronto logró la investidura se tornó independiente, fuera del alcance de los políticos.
Hoy no hay jueces de personalidades, sino de la justicia. Eso es un verdadero paso de avance y de hecho se termina con la injerencia partidista, que tanto daño hace.
Se recuerdas una etapa convulsiva de la justicia dominicana donde los miembros de la Suprema eran escogidos por el presidente de turno, y los magistrados le debían el favor y eran pusilánimes del Poder Ejecutivo.
Esperamos que en un futuro cercado los jueces de la Suprema sean seleccionados no por dos o tres periodos, sino por un ejercicio de diez años, sin derecho a aspirar de nuevo. Una medida de este tipo fortalecerá el sistema institucional de justicia. Conservemos la independencia de la Suprema.
Por: Manuel Hernández Villeta