El sábado pasado, al crepúsculo otoñal que se establece en tarde noche, se fue al mejor de los planos espirituales, el querido primo Luis Gerónimo Veras Lozano, después de 3 años, 3 meses y 9 días con una condición médica agravada, que le hacía perder cada vez más sus posibilidades sensitivas y motoras en ese tiempo.
Y fue un atardecer hermoso porque estaba rodeado de su familia querida, Rosario, su compañera amorosa de más de 50 años, cuidadora minuciosa y celosa de todo el proceso de deterioro de salud, sus hijas, Esther y Laura, su hijo Daniel, sus hermanas queridas, Laly, Elena y Olga, su hermano Virgilio con quien tenía un vínculo muy especial.
Y después, llegaron primos y primas, sobrinos y sobrinas, compañeros y compañeras de trabajo y el resto de una familia grande y ampliada en un amor filial del mejor, porque de Luis éramos todos y todas, familia querida.
En mi caso, entré a la familia Veras Nicasio, hace ya 54 años y, precisamente Francisco Porfirio Veras Toribio, tío Lilo, y tía Maria Elena Lozano, papá y mamá de Luis Gerónimo, me acogieron como una sobrina, siendo mi familia querida desde entonces. Y Luis, junto a Rosario, fue siempre bien especiales con nosotros y nuestros hijos e hija que tanto los aman.
Luis Gerónimo, primo querido, fue un ser muy especial desde su desempeño como ciudadano activo respetuoso y colaborador; abogado ético que no se enriqueció y fue justo, profesor de generaciones en PUCMM, artista de la fotografía, militante de la democracia, solo por enumerar una parte de su vida.
Y lo principal, fue un hijo y padre entrañable y responsable, además de un compañero de oro para su esposa que con tanto amor y desvelo lo cuido estos últimos tres años de padecimiento. Un primo alegre, siempre dispuesto y convocador de encuentros familiares ampliados, generoso y agradecido, amoroso, siempre amoroso.
Mientras acompañemos su velatorio y exequias, estaremos con él como siempre que había un encuentro familiar, en su casa, o en el Limón, o en casa de familiares o amigos, con mucha alegría porque Luis Gerónimo, nuestro querido Luisito, era entretenido para el buen pasar y sobre todo, disfrutaba con todo.
A Rosario, esposa querida. A Esther, Laura y Daniel, hijas e hijo adorados, así como a sus nietos.
A Laly, Elena, Olga, Virgilio y Bolívar, hermanas y hermanos siempre cómplices y atentos.
A toda esta familia ampliada que tanto lo quería. ¡Estamos abrazos!