Juan Pablo Duarte, el Padre Fundador de la República Dominicana, el más excelso entre nuestros patricios, dijo sobre la política: «La política no es especulación, es la ciencia más pura y la más digna, después de la filosofía, de ocupar las inteligencias nobles”.
El ejercicio de la política se efectúa en atención y en función de llegar al poder político y de gobierno en las naciones, para desde allí dirigir y estar dispuesto al servicio público.
Algunos sectores políticos a lo interno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), el partido de gobierno, y otros fuera de esta organización política han resaltado y manifestado quejas y objeciones a que el presidente de la República, Luis Abinader, ha nombrado en instituciones de primer orden a dirigentes políticos de entre los aliados, destacando aquí los casos de Luis Miguel D’Camps García-Mella, actualmente ministro de Educación y Eduardo Estrella, ministro de Obras Públicas y Comunicaciones.
Luis Miguel D’Camps, es abogado, docente, servidor público, dirigente político, es el presidente del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD), que fuera fundado por su padre, el extinto Hatuey D’Camps Jiménez.
Antes del cargo que ahora ocupa, fue ministro de Trabajo. Aquí se le ha reconocido como un gran promotor de los consensos al interior de los órganos tripartitos salariales y de la seguridad social, entre otros aspectos, logrando importantes conquistas para los trabajadores dominicanos. Igualmente ahora en Educación se le reconoce como un funcionario diligente, que impregna armonía, eficiencia, eficacia y efectividad allí donde se desempeñe.
Inmediatamente juramentado como nuevo ministro de Educación, su primera acción fue encontrarse con la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en la sede de esta entidad, con el Comité Ejecutivo de dicha asociación, encabezado por su presidente, Eduardo Hidalgo, pudieron socializar e intercambiar ideas y analizar las perspectivas sobre la educación en el país.
Luís Miguel D’Camps, desde siempre ha sido un funcionario que no causa el más mínimo ruido. Por el contrario, es un funcionario eficiente y efectivo, un ente social talentoso, sobresaliente en el sentido positivo. Todo esto parece ser está envuelto en sus genes… Hijo de Hatuey D’Camps, uno de los dirigentes y líderes políticos más destacados entre nuestros contemporáneos, y de Cecilia García, una de muestras artistas más versátil, más completas del país, una gloria viviente del arte nacional.
Muy cordialmente
José Vicente Calderón