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Magaly Pineda

Magaly Pineda

Susi Pola

Hoy hace 6 años terminó la vida física de Magaly Pineda, compañera feminista de quien no nos hemos separado de su mentoría puntual, certera y disponible porque, como dijéramos muchas veces, todo lleva el espíritu de Magaly cuando hablamos entre mujeres feministas, organizadas e independientes, en este país.

Y todo, también, lleva a su espíritu aprendiendo en estos seis años de ausencia, a imaginarla decidiendo, opinando, comentando y a ponernos en su lugar para tratar de caminar. Hace mucha falta, fue maestra y ejemplo, adelantada siempre y, hoy, un paradigma, por lo que, el: “Magaly diría o haría”, es su perpetuidad.

Socióloga, docente y profesora legendaria de la UASD, investigadora, destacada defensora de los derechos humanos, emblema de la defensa de la equidad y la igualdad entre las personas, ciudadana activa, presente en la exigencia de la ética democrática, Magaly, fue de las primeras personas en plantear cambios hacia el reconocimiento de los derechos todos de las dominicanas.

Fue una mujer que nos conectó a todas en redes internacionales, regionales y locales, porque trascendió en lucha militante por nosotras, espacios y tiempo, lo supimos siempre. Nos conocemos por Magaly, nos apoyamos, por ella, y también, nos replicamos y reciclamos, por ella.

Magaly nos llegó a las mujeres desde la izquierda dominicana, empezando su militancia política en el 14 de junio, pero como solía contarnos, la injusticia socio cultural en que vivimos las mujeres, fue su gran motivación política desde que cayó en la cuenta de la realidad irracional de la sociedad patriarcal para nosotras.

En 1980, creó el Centro para la Investigación y la Acción Femenina (CIPAF), adonde la conocimos personalmente en 1982, una organización de mujeres que sigue hoy su misión para la que fue creada, de contribuir al protagonismo de las dominicanas y a la democracia.

En la década de los años noventa, las campañas por la participación de las mujeres en política, nos movieron a todas, comprobando que se puede y creando lazos de coordinación entre las militantes de partidos y las que estamos organizadas en la sociedad civil para trabajar por mejorar la cultura y la sociedad. Porque Magaly fue visionaria, también entendió la importancia de que, las mujeres, manejáramos las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y, autodenominándose “viejeba”, en los últimos años, nos asombró con su capacidad en este campo.

Una reflexión para este día del recuerdo a Magaly, porque no hicimos ni haremos un corte en la presencia, hoy totalmente espiritual y atesorada.