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Maternidad adolescente

Maternidad adolescente

Susi Pola

Se termina el mes de mayo, con su alusión a la maternidad idealizada y consumista, un mes de expectativas altas para el comercio en el que se exaltan los valores tradicionales que mantienen a las mujeres todas en situación de inequidad, desde que nacen hasta que mueren.

Pero, en el período etario de la niñez y la adolescencia, la mayor de las desigualdades reproductivas o demográficas, es la fecundidad de las niñas y adolescentes, asociada a la pobreza, la no planificación, la falta de educación sexual, la violencia, el abuso y las agresiones de la cultura machista y adulto céntrica.

Y no es una cuestión tan simple, porque todas esas trabas que entretejen una estructura sociocultural complejamente consolidada y porque, probablemente expliquen que, el mejor anticonceptivo sería ver mejores opciones que las de ser madre tempranamente y entonces, teniendo futuro, trabajar en su construcción.

15% partos en AL es de adolescentes


Están, además, la intervención de la religión y el machismo, como la gran camisa de fuerza que mantiene y recicla las cifras, la primera, porque considera que de la sexualidad de la niñez y la adolescencia no hay que hablar, sino imponer; y el segundo, porque es también exigencia y abuso, un machismo de imposición y abandono.

En la región de América Latina y el Caribe más de dos millones de recién nacidos/as al año, son hijos e hijas de madres entre 15 y 19 años, es decir que, en torno a un 15% de los partos son de adolescentes, contando con la segunda tasa de embarazos en esta edad más alta en el mundo, después de África, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, OMS.

En nuestro país, las uniones son tempranas en promedio y se acompañan rápidamente de hijos/as, un factor cultural que la reciente modificación de la prohibición del matrimonio infantil aún no ha podido revertir, porque la ley no está acompañada con políticas expresas ni la educación se ha adecuado.

Se han dado cifras tantas veces mostrando que, estamos como país en los primeros lugares en maternidad y uniones de menores, que sabemos de sobra que hay que hacer mucho aún y, al dejar este mes emblemático se impone pensar en las más de doscientas mil niñas y adolescente dominicanas, más del 20%, que están en riesgo de maternidad precoz.

Entonces, ahora, un canto a la maternidad sería proteger a esa niñez y adolescencia, evitando que se reciclen generaciones violentadas en nombre de la tradición y la cultura.