Este 25 de febrero conmemoramos el 203 aniversario del natalicio de Matías Ramón Mella Castillo, héroe dominicano cuyo genio militar y dotes de estratega lo convirtieron junto a Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez en uno de los padres forjadores de nuestra Patria. La providencia así lo quiso que un 25 de febrero de 1816, mes que se convertiría en la conciencia nacional gracias a su proeza libertadora en el mes de la Patria, cuando junto a un grupo de valientes dominicanos un 27 de febrero de 1844 en la puerta de la Misericordia proclamo antes de lanzar su legendario trabucazo; “No hay tiempo de retroceder; Habremos de ser libres o morir, es la consigna. ¡Viva la Republica Dominicana!”.
En ese instante quedo sellado lo que sería inicio de nuestro camino hacia la libertad del dominio opresor de 22 años de ocupación haitiana en cuyas memorias imperiales y aspiraciones no cesarían de ambicionar la posesión de nuestro territorio.
MatíasRamón Mella encarnó el sentimiento nacional , la identidad valiente del corazón dominicano y nuestra determinación como estado soberano libre de toda dominación extranjera y así lo demostró nuevamente cuando se unió al movimiento restaurador contra la anexión a España, realizada inconsultamente por el general y caudillo Pedro Santana en 1861, a la sazón presidente de la republica, quien vacilante y falta de fe prefirió cobijarse bajo la protección del amo blanco español ante los constantes asedios e incursiones haitianas que persistían en ocupar nuestra nación.
Mella ocupaba la vicepresidencia del país cuando el grito de Capotillo en 1864,enfermó de disentería y pidió poco antes de morir que sus restos fueran envueltos en la Bandera Nacional exclamandoconel acero inmortal de sus convicciones; “Aun hay patria, viva la Republica Dominicana”.
Con apenas 48 años de edad y sumergido en la extrema pobreza en una humildecasa cerca de la Fortaleza San Luis en Santiago de los Caballeros, murió nuestro Prócer, creador del Manual de Guerra de Guerrillas, Matías Ramón Mella y tal como fuese su deseo fue cubierto por la Bandera Dominicana.
Hoy sus restos descansan junto a los de Juan Pablo Duarte y Francisco del Rosario Sánchez en el Altar de la Patria en el Parque Independencia de nuestra capital, Santo Domingo.
Su ejemplo, su accionar y trayectoria adquieren hoy importancia singular ya que nuestra Patria reclama a gritos que emprendamosy nos unamos como hizo Mella a una nueva restauración, restauración de los valores, de la moralidad, de una verdadera justicia donde respetemos ese legado de nuestros Padres Fundadores que lo dieron todo, sus bienes y sus vidas por su país.