NUEVA YORK – Cuando los Yankees se acercaron a Miguel Andújar hace dos inviernos para sugerir que practicar con elevados podría aumentar sus posibilidades de ingresar al roster de las Grandes Ligas, sorprendió al manager Aaron Boone al presentar un guante de jardinero recién preparado.

Como lo hizo ese día, Andújar está adoptando los jardines como una vía para registrar turnos al bate regulares. Ha sido un trabajo en progreso para el antesalista convertido – Andújar luchó con un elevado el sábado que probablemente debería haber sido atrapado – pero en general está satisfecho por lo lejos que ha llegado.

«Soy un jugador, y estoy aquí para el equipo», dijo Andújar a través de un intérprete. «No importa; cuando el equipo me necesite en tercera [base], primera, en los jardines, donde sea, estaré listo para jugar. Donde sea que me necesiten para jugar, estaré bien».

Un cronograma más consistente de tiempo de juego parece estar de acuerdo con Andújar, quien ingresó el domingo tras conectar tres jonrones en sus últimos cinco juegos luego de no tener jonrones en sus primeros 18 juegos de la temporada. Desde el 14 de mayo, Andújar batea .284 (de 67-19).

“Física y mentalmente me siento muy bien”, dijo Andújar. “En este momento, tengo más oportunidades de jugar a diario. Yo creo en mí. Creo que si sigo jugando y haciendo el trabajo que tengo que hacer, debería poder seguir obteniendo los resultados que he obtenido».

La jugada defensiva en la sexta entrada del sábado presentó una experiencia de aprendizaje para Andújar, rastreando un elevado de Xander Bogaerts que el lanzador Jameson Taillon inicialmente creyó que sería un jonrón. Statcast calculó que la unidad tenía una probabilidad de atrapada del 95 por ciento, cayendo en la pista de advertencia para un doble que precedió a un sencillo de dos carreras de Rafael Devers.

«Es una de esas cosas que, cuantas más repeticiones salga, más voy a mejorar y más familiarizado estaré con jugadas como esa cerca de la pared», dijo Andújar.