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Miriam y los cabos sueltos

Miriam y los cabos sueltos

Luis Pérez Casanova

Miriam Germán, cuya designación como procuradora general de la República generó auspiciosas expectativas, no le fallará a la sociedad. Se puede apostar con los ojos cerrados y hasta meter la mano en candela. Por su experiencia en el servicio judicial, integridad, independencia y competencia intelectual su nombramiento ha sido catalogado como uno de los grandes aciertos del presidente Luis Abinader.

Sin embargo, los cabos sueltos que se han acumulado en las investigaciones y declaraciones de casos asociados a la corrupción desde que inició su gestión a la fecha, provocan intrigas. No se sabe en qué están ni siquiera expedientes heredados de la pasada administración, como el caso Inaipi, por el que se interrogó en diferentes ocasiones a la destituida directora Berlinesa Franco y a otros exfuncionarios. Después de tanto ruido no podía suponerse que el escándalo estaría hoy en una suerte de limbo. Pero también se ignora el curso de la pesquisa sobre la legitimidad del patrimonio del exidrector de la Opret, Diandino Peña.

Al asumir el cargo la magistrada Germán se estrenó con investigaciones de las declaraciones juradas de la entrante ministra de la Juventud, Kimberly Taveras; del alcalde de Pedro Brand, Wilson Paniagua Encarnación, así como de los actuales legisladores Félix Bautista y Radhamés Camacho, y de la exlegisladora Lucía Medina. La falta de información da lugar a que se piense que en la pesquisa no se encontraron indicios de irregularidades o que se prefirió dejar el asunto sobre la mesa, por las razones que fueran, hasta que se diluya con el tiempo.

Sin citar los interrogatorios al exministro de Hacienda, Donald Guerrero; al exadministrador del Banco de Reservas, Simón Lizardo, y a la exdirectora de Contrataciones Públicas, Yokasta Guzmán tal parece que el Ministerio Público ha decidido concentrarse, con relación al pasado, en la Operación Antipulpo, que tiene como figura protagónica a Alexis Medina, hermano del expresidente Danilo Medina; en la Operación Medusa, que involucra al exprocurador Jean Alain Rodríguez, y en la Operación Coral.

No se habla ni se sabe en qué están escándalos como los del asfalto comprado por el Ministerio de Obras Públicas durante la gestión de Gonzalo Castillo, excandidato presidencial del PLD, ni las irregularidades que habrían sido detectadas en la Cámara de Cuentas. Ni hablar de los nuevos sobornos y financiamiento ilícito omitidos por Odebrecht o por la propia Procuraduría. Pese a lo mucho que se ha alardeado, con los tantos cabos sueltos que se han encadenado cabe pensar que de no ser por Miriam Germán la batalla contra la corrupción y la impunidad se reduciría a agua de borrajas