Editorial

Moderar optimismo

Moderar optimismo

El crecimiento de la economía dominicana para 2015 de un 5% que proyecta el Fondo Monetario Internacional no debería ensordecer a Gobierno ni sector privado porque las deprimentes previsiones económicas que ha hecho el FMI para Europa y América Latina pueden convertir un desbordante optimismo en sal y agua.

En su informe sobre las perspectivas de la economía mundial, el Fondo Monetario redujo sus proyecciones de crecimiento para el mundo y en particular para América Latina, además de un pronóstico de crecimiento de las tasas de interés.

La buena noticia lo representa el vaticinio del FMI de que el Producto Interno Bruto de República Dominicana crecerá en una franja que oscilaría entre 4% y 5%, durante el año próximo, la mala nueva es la previsión de estancamiento en las economías de Alemania, Francia, España, Italia y Rusia.

El FMI prevé crecimiento negativo o estancamiento en las economías de Brasil, Argentina y Venezuela, así como reducción en la demanda de bienes o servicios de China, aunque la nota de alivio se refiere al crecimiento del PIB estadounidense en 3,0%, en 2015.

Es obvio que las perspectivas de crecimiento de la economía dominicana estarían muy vinculadas a la previsión de incremento de la economía de Estados Unidos, principal socio comercial y destino de la migración nacional.

El cuadro económico que se prevé para la zona euro, Rusia y Sudamérica, la reducción de la demanda de China, así como la previsión de que aumentaría la tasa de interés sobre la deuda pública, son señales preocupantes para una economía abierta y tan expuesta como la dominicana.

Gobierno, clase política y agentes económicos deberían asumir con suprema responsabilidad los señalamientos del FMI sobre lo que define como crecimiento económico mundial decepcionante y la vigencia aún de las secuelas de la crisis que frenan la posibilidad de recuperación.

Todo lo antes dicho obliga a Gobierno y sector productivo a revisar los temas de deuda externa, inversión extranjera, demanda interna y externa, turismo y remesas, así como las perspectivas de generación de financiamiento para la inversión y generación de empleo. Conviene moderar el optimismo.

El Nacional

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