Más que adelantar las medidas que aplicará a partir del vencimiento del Plan de Regularización Migratoria, el Gobierno debería limitarse a prometer plena garantía de que cumplirá con la ley en todo lo concerniente al control migratorio, sin pretender cruzar el puente antes de llegar al río.
No canta el gallo tres veces sin que algún funcionario describa cómo sería el mundo después del 15 de junio cuando vence el plazo para que indocumentados se acojan a ese plan, como si el cumplimiento de la Ley de Migración fuera un asunto de gusto o disgusto.
El canciller Andrés Navarro no se cansa de repetir que no se producirán repatriaciones masivas y que las autoridades respetarán los derechos de los indocumentados, como si temiera que dentro o fuera del país se desconfía del buen juicio de las autoridades.
Desde el Ministerio de Interior y Policía se informa que se concedería permiso de residencia hasta por dos años, a los indocumentados que no completaron la documentación requerida, sin que se sepa si tal iniciativa colisiona o no con la ley.
No se entiende que desde el litoral oficial se insista en enredar aún más la cabuya de una situación que nunca será bien entendida por Haití, grandes metrópolis ni por el propio Secretario General de la ONU, quien tuvo el tupé de exigir al presidente Danilo Medina conceder nacionalidad por vía administrativa a miles de indocumentados.
La sentencia del Tribunal Constitucional referida al alcance de la nacionalidad y al control migratorio, la Ley que consigna el Plan de Regularización Migratoria y la Propia Ley de Migración, no dejan espacio a ningún tipo de duda sobre su irrestricta observancia.
El Gobierno ha ofrecido muestras de sobra sobre su voluntad de respetar los derechos de los ciudadanos extranjeros en situación migratoria irregular, así como su voluntad de actuar con apego al más amplio sentido de humanidad en todo lo relacionado con la aplicación de la ley.
Es por eso que se aconseja a funcionarios del Gobierno a no llover tanto sobre lo mojado y limitarse al obligado señalamiento de que en torno al tema migratorio se cumplirá estrictamente con la Constitución y las leyes adjetivas. Ni más ni menos.