El evangelio de Lucas (9:57-62) registra tres tipos de personas que quisieron convertirse en seguidores de Cristo.
Al primero Jesús le dijo que seguirlo al Él tenía que considerarlo porque había que pagar un precio. Este quería seguir a Cristo a la ligera, sin sentarse a analizar el compromiso de esto.Nadie podrá decir que le indujeron a seguir a Jesús con falsas promesas, Él le decía a la gente toda la verdad.
A este le dijo yo no tengo nada, ni donde dormir, a quien tu quiere seguir vive de lo prestado, no te prometo nada bueno en este mundo.
Él no le ofrecía deleite, ni comodidades porque no la tenía, incluso, las zorras y los pájaros disfrutan de más comodidades que Él.
Parece que ante este anuncio el hombre se volvió atrás. Todo aquel que conoce quién es Cristo enfrenta todas las dificultades para seguirle. ¿Estás dispuesto a seguir a Cristo y rechazar por fidelidad a Cristo las ofertas tentadoras que te ofrece este mundo?.
El segundo hombre fue llamado por Cristo, pero también tenía condiciones. Pensaba que el compromiso con la familia estaba por encima de Jesús.
En todo hay un momento crucial; si se deja pasar la oportunidad es probable que no vuelva a presentarse.Este hombre sentía en su corazón la necesidad de salir de un ambiente espiritualmente muerto.
Si dejaba pasar ese momento no saldría nunca. Los psicólogos dicen que cuando se tiene un sentimiento noble y no se lleva a la acción se hace menos probable que nunca lo cumplamos.
Un tercer hombre, estaba decidido a seguir a Cristo, pero puso la condición de despedirse de su familia. Esto puede ser poner en orden sus cosas.
Estaba muy apegado a las cosas de este mundo. Una verdad que nadie puede negar, pues el que está arando jamás podrá hacer un surco derecho si vuelve la cabeza para mirar atrás. Algunos tienen el corazón en el pasado, están mirando hacia atrás con añoranza. Primero ponen los ojos, luego el corazón y después todo el cuerpo.
El eslogan del Reino de Dios no es ¡Atrás, sino ¡Adelante¡. Jesús no acepta un servicio tibio, sino una decisión firme y total. Dios te bendiga a ti y a tu familia.
Atentamente:
Antonio Jiménez.