El ministro de Educación, Roberto Fulcar, parece estar muy preocupado por las condiciones de los planteles para la apertura de la docencia semipresencial desde el 6 de abril. O tal vez tan despreocupado que quiso dar una muestra de humildad al “ayudar” a pintar un edificio, como evidencia una fotografía distribuida por la propia cartera.

La acción del funcionario tendrá siempre sus distintas interpretaciones, de la misma manera que los saltitos de algunos mandatarios, de los yanikekes degustados por otros o los ya clásicos cocos de agua.

Contra la oposición de corrientes magisteriales y las condiciones reiteradas por la Asociación Dominicana de Profesores, Fulcar anunció que las clases semipresenciales comenzarán con los estudiantes de la primera infancia y el nivel inicial, el primer ciclo de la primaria y los de las modalidades técnica y arte.

En la segunda semana se continuará con el subsistema de adultos y en la tercera el segundo ciclo del nivel primario.

Después seguirá con el primer y el segundo ciclo de secundaria. Según Educación, por ahora 48 municipios cumplen las condiciones para iniciar las clases semipresenciales puesto que mantienen una tasa de positividad del coronavirus inferior al 5%.

En cuanto al acondicionamiento de los planteles Fulcar no se ha limitado a supervisar si están debidamente dotados de agua, energía eléctrica, el mobiliario necesario y condiciones sanitarias, sino que ha querido contribuir con la agilización del proceso o sólo enviar algún mensaje al “ayudar” a pintar un edificio.