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Obama forjador de su destino

Obama forjador de su destino

Las  influencias recibidas desde el comienzo de nuestro desarrollo como entes sociales, determinan la naturaleza de la formación individual que alcanzaremos como adultos.

Pasada la etapa de captación de conocimientos durante las primeras fases de la vida, estamos en condición de decidir si aceptamos como válidas las costumbres y enseñanzas estimuladas por el medio que nos rodea, si las desechamos totalmente o las tomamos como base para crear una identidad con nuestro sello personal.

Cuando en este proceso alcanzamos cierto nivel de conciencia, podemos discernir sobre los conocimientos recibidos o proseguir en la búsqueda de verdades que presentimos más allá de lo conocido.

Las creencias religiosas, los criterios políticos, los valores morales, etc., están sujetos a las alteraciones del discernimiento personal, producto de la educación, la experiencia y la reflexión, esenciales en la superación individual.

El mundo conoce sobre un hombre actual, que dentro de una gama de influencias de distintos matices, pudo asimilar las más positivas para crear una admirable personalidad que parece destinada a transformar los criterios de la hegemonía de poder en el mundo de hoy. Merece reconocimiento el incesante esfuerzo de Barack Obama por alcanzar un estado de fe que fue el complemento espiritual de una formación política que también tuvo un origen heterogéneo.

Fue criado en un ambiente de pluralidad religiosa; con un padre de procedencia africana, adscrito a la creencia islámica, pero formado en universidades occidentales.

Aún en temprana edad, Obama tuvo el soporte de un padrastro que se otorgaba licencias dentro de la fe musulmana que nunca respetó.

Aunque no adoptó su forma de ver la religión, su madre pudo ser la persona más influyente en su personalidad.

Contemporánea de las tropelías xenófobas del KKK, de las ideas radicales del Partido Panteras Negras, de los últimos años de discriminación racial consentida por el Estado, de las tensiones de la Guerra Fría y de los discursos pacifistas de Luther King y Malcom X, Ann Dunham, fue además, una mujer inteligente que supo discernir desde un entorno familiar metodista, las variantes del cristianismo en la sociedad norteamericana y las influencias liberales de su época para llegar a la convicción de un ateismo consciente.

Parte importante en su formación de adolescente lo fue también su abuela Madelyn, quien fue crítica de la hipocresía en las prédicas  de su propia iglesia Metodista.

La fe de Barack Obama, del periodista Stephen Mansfield, describe el proceso de formación religiosa del actual presidente norteamericano, la llegada a un nivel de fe por convicción que luego influiría en el acabado de un po lítico liberal, plenamente identificado con la juventud norteamericana y la mayoría de ese pueblo, acostumbrado al laicismo de Estado, pero celosamente atento a la religiosidad de sus políticos.

La discrepancia religiosa, el debate sobre distintas ideas cristianas, los discursos radicales y el rechazo a la violencia e injusticias sociales, fueron características del contexto social en el cual se desarrolló su infancia y juventud.

Esto marcaría el tenor de su formación religiosa y la preocupación social que le llevaría a una visión más equitativa del poder norteamericano con respecto al resto del mundo, plataforma conceptual de su pensamiento político.

Barack Obama pudo ser otro atormentado permanente por la búsqueda de una verdad dispersa en la disparidad de influencias recibidas, pero contrario a eso, fue capaz de encontrar la conciliación.

El Nacional

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