El obispo de la diócesis de La Altagracia, monseñor Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, pidió hoy a la Iglesia católica revelar su verdadero rostro ante los graves problemas que aquejan al país, como son el desempleo, la inseguridad y la falta de viviendas, así como la división y la violencia en el seno de la familia. Pidió a los dominicanos luchar para construir una sociedad abierta, renovada y más digna para el hombre que refleje más la bondad de Dios.
Monseñor Peña Rodríguez hizo la afirmación durante la eucaristía oficiada en la basílica de Higüey, en ocasión de la Celebración del Día de la Altagracia, y a la que asistió el presidente Danilo Medina y funcionarios de su gobierno.
“Debemos abrir nuestros brazos y acogiendo a todos, al pobre, al humilde, al desamparado, al enfermo, a todos nuestros hermanos que sufren víctimas del egoísmo y de las desigualdades sociales que tan profundamente están marcadas entre nosotros”, expresó el obispo.
En su homilía el prelado católico llamó al pueblo dominicano a fortalecer su fe para que vivan en Cristo y para Cristo, con las armas de la paz, el perdón y la comprensión.
Manifestó que en las circunstancias que vive el país la Iglesia ha de reflejar cada vez más su verdadero rostro como lugar en el que Dios se acerca y se encuentra con los hombres. Enfatizó que Dios ha encomendado a la familia, fundada en el matrimonio, la altísima misión de ser la célula fundamental de la sociedad y verdadera iglesia doméstica.
Dijo que la devoción por la Virgen de la Altagracia está ligada íntimamente a la idiosincrasia del pueblo dominicano, ya que la virgen está desde “el inicio de nuestra historia, de nuestra vida como nación, para venir en auxilio de sus hijos en sus necesidades”.
En la eucaristía el presidente Medina estuvo acompañado de su esposa Cándida Montilla de Medina, así como de los ministros Administrativo de la Presidencia José Ramón Peralta, y González Castillo, de Obras Públicas, del jefe de la Policía, mayor general Manuel Castro Castillo; del viceministro de Defensa Pedro Antonio Cáceres Chestaro y de otros altos funcionarios civiles y militares.
Peregrinos
Miles de peregrinos de todas partes del país acudieron a esta basílica para venerar, llevar ofrendas y tocar la imagen de la Virgen de la Altagracia, patrona de los dominicanos. Los feligreses, creyentes o devotos con flores, velones, dinero en efectivo y otros objetos en manos penetraban a la basílica a depositar sus ofrendas en agradecimiento a la virgen por los favores recibidos. Las decenas de personas ataviadas algunas con ropas hechas de saco polietileno, otras descalzas, vestidas de blanco o con turbantes se desplazan por todos los alrededores de la basílica.
En este lugar de veneración hay tantos dominicanos como haitianos, estos últimos, también devotos de la Virgen de la Altagracia.
Un gran número de los miles de peregrinos, que como cada año visitan este santuario, amanecieron en una de las explanadas de la basílica, donde todo los años se habilita un lugar para estos fines. También se colocaron baños móviles. Este martes, como cada Día de la Altagracia, cientos de pedigüeños se colocan en la entrada principal de este santuario para pedir limosna a los peregrinos que penetraban a la basílica.
UN APUNTE
Caridad
Llamó la atención de reporteros la caridad de muchas personas que acudieron a la basílica, quienes al parecer para cumplir alguna promesa llegaban con fundas llenas de monedas y las repartían entre los pedigüeños.
