Carta de los Lectores Opinión

OEA y Haití

OEA y Haití

El secretario general de la Organización de Estados Americanos no puede pedir más a la República Dominicana, en lo que se refiere al control de la desbordada situación interna de Haití.

Lo que pasa del otro lado del río Masacre no es responsabilidad de los dominicanos. No creamos la ausencia  de la democracia que ahora persiste allí. Los que mandan son las pandillas callejeras, llevando el caos y la muerte a todo un país.

La postura de la OEA ha sido de evasión. No ha hecho valer el peso  de su trascendencia internacional. Ahora, el secretario general, Albert Ramdim, espera un mayor esfuerzo de los dominicanos para hacer frente a la crisis haitiana.

Sépalo señor secretario, los dominicanos han sido solidarios con Haití, pero no se pueden meter de lleno en  problemas internos que fueron creados por las grandes potencias.

Hágase la auto critica: la OEA ha tratado con una gran timidez el expediente haitiano y las soluciones han sido de papel. Igual pasa con las Naciones Unidas que propicia una intervención militar, pero sin aportar recursos en lo económico, en hombres y en material bélico.

Señor secretario en estos momentos se comete una falta desproporcionada si se habla de democracia a corto plazo en Haití, o de la celebración de elecciones para escoger a un presidente. Primero debe llegar la pacificación, y si hay camino, comenzar los trámites para que surja la democracia.

 De hecho, en Haití la democracia no pasa de ser una palabra puesta en los tratados. La mayor parte de su vida los haitianos han vivido  en dictaduras, sean civiles o militares. La paz que se conoce allí es la del cementerio.

 Inclusive se llegó a pensar que la fuerza expedicionaria de las Naciones Unidas saldría de Haití dejando un gobierno civil y democrático. Pero no sucedió así. Con el desmantelamiento del ejército, al momento de salir los Cascos Azules, se comenzó a transitar por la anarquía total. De ahí se nutrieron las pandillas que hoy dominan la mayor parte de Puerto Príncipe y el territorio haitiano. Quiere decir que una simple intervención no va a solucionar a corto plazo el problema.

La solución tiene que ser eliminación total de las pandillas, pacificar el país y después llamar a elecciones libres y democráticas. Para lograr estos puntos se tienen que involucrar las grandes potencias, valga decir los Estados Unidos, Canadá y Francia.

Los dominicanos no tienen nada que buscar en esa solución. Nuestro problema son los haitianos que residen en el país de modo irregular.

Manuel Hernández Villeta

El Nacional

Es la voz de los que no tienen voz y representa los intereses de aquellos que aportan y trabajan por edificar una gran nación