Editorial

Orgullo patrio

Orgullo patrio

Porque estaban dadas las condiciones para poseer idioma, territorio, cultura, historia y tradición y por determinación de la mayoría de su población, los trinitarios proclamaron un día como el de hoy en la Puerta de la Misericordia la Independencia Nacional. La idea de fundar un estado libre e independiente de toda potencia extranjera germinó en la mente y pensamiento de Juan Pablo Duarte, cuando el prócer apenas sobrepasaba los 20 años, quizás por haber abrevado de la fuente del liberalismo que bullía en Europa desde donde acaba de regresar.

Esa empresa independentista, de la que hoy se festeja el 170 aniversario, constituye una proeza sin parangón en América porque fue concebida, impulsada y alcanzada bajo la dirección de un grupo de jóvenes pertenecientes a un núcleo social y económico matizado por la pobreza y el atraso.

La gesta liberadora de Simón Bolívar se produjo en el amplio territorio de Suramérica sobre el cual potencias europeas asentaron colonias que generaban mucha riqueza a esas metrópolis. Haití llegó a erigirse como la más productiva posesión de ultramar de Francia y Cuba era una apreciada colonia de España.

Hasta las 13 colonias de Norteamérica que se liberaron del yugo inglés, exhibían enorme progreso material y por consiguiente mayor desarrollo de su población. Santo Domingo o Haití español era en 1844 una comarca de menos de cien mil habitantes, heredera de pobreza y atraso.

En ese ambiente nada halagüeño para un proyecto de esa magnitud, afloró el pensamiento de Juan Pablo Duarte, fundador del movimiento La Trinitaria, de Matías Ramón Mella, autor del trabucazo de proclamación y de Francisco del Rosario Sánchez, quien en la Puerta del Conde izó por primera vez el lienzo tricolor.

La Independencia Nacional no fue el resultado de un conflicto étnico con Haití, pues los trinitarios y sus aliados conservadores eran en su mayoría negros y mulatos, tampoco fue una guerra social, en razón de que el dominio haitiano estuvo por 22 años cimentado en la pobreza y el temor al retorno de la esclavitud.

Con orgullo se proclama hoy que la gesta independentista y el nacimiento del Estado nacional fueron logros de un pueblo y su clase dirigente que, a pesar de las condiciones materiales adversas, lucharon con tesón y fervor para crear una patria libre e independiente de toda potencia extranjera. ¡Viva República Dominicana!

El Nacional

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