Semana

ORTO-ESCRITURA

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Paidofilia, pederastia y de nuevo membrecía

POr RAFAEL PERALTA ROMERO

Las palabras suelen ponerse de moda, en un momento y comunidad determinados. Pero nunca ocurre por casualidad sino por la causalidad. Entre nosotros –y otros países- están de última los términos pedofilia/pedófilo y pederastia/pederasta.
Pedofilia no es definida por el Diccionario, que en cambio remite a paidofilia, sustantivito femenino procedente del griego, que significa: Atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes.
Por igual, el adjetivo pedófilo el Diccionario lo define a partir de paidófilo. Será difícil que los hablantes cambien la comodidad de pedófilo por paidófilo, pero quien lo hace está en un derecho, como quienes prefieren seísmo por sismo.
La palabra que ha creado alguna dificultad de pronunciación es pederastia, llana sin tilde, la cual lleva fuerza de entonación en la penúltima sílaba: -ras. Algunos trasladan la fuerza a la última sílaba (tia) y la convierten en dos: tí-a. Pero “pederastía” no es forma correcta de referirse al abuso sexual cometido con niños.
El sujeto que incurre en tal práctica, sea de Polonia o de Sodoma, es un pederasta.
Ascendientes y descendientes
Estos adjetivos y los sustantivos de los que derivan, ascendencia y descendencia, han tomado también en nuestro país una vigencia inusitada. Hasta profesionales de la comunicación de consumado ejercicio, han confundido a los descendientes con los ascendientes.
La ascendencia es la “Serie de ascendientes o antecesores de alguien. 2. f. Origen, procedencia de algo”. Mientras que los hijos, nietos o cualquier persona que desciende de otra es un descendiente.
Los afectados con la célebre sentencia del Tribunal Constitucional no son de “descendencia haitiana”, sino de ascendencia haitiana, y ellos, obviamente, descendientes de haitianos.
Membrecía contra membresía

En la columna anterior planteábamos la disyuntiva membresía/ membrecía y nos quedamos con la primera. Pero la escritora Brunilda Contreras, que de su idioma conoce, ha planteado que lo correcto es membrecía. Ella se fundamenta en lo que al respecto señala el Diccionario Panhispánico de Dudas, publicación oficial de las academias de la lengua española, del año 2005. Al respecto dice el DPD:
“Aunque, debido al seseo (? seseo), está muy extendida en el uso la forma membresía, la grafía correcta es membrecía, ya que el sufijo español para formar este tipo de derivados es -cía (de abogado, abogacía; de clero, clerecía); la terminación -sía es propia de los sustantivos derivados de nombres o adjetivos que terminan en -s: burguesía (de burgués), feligresía (de feligrés)”.
La palabra membrecía no está registrada en el Diccionario de la Real Academia, edición 22ª, la más reciente, año 2001. Esta publicación recoge la forma /membresía/, para referirse a la condición de miembro de una entidad y al conjunto de miembros.
Hay una contradicción entre dos publicaciones de la misma institución. Si optamos por la más reciente (2005 contra 2001) nos quedaríamos con membrecía, con c.

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