Opinión Editorial

Otra tragedia vial

Otra tragedia vial

El mismo día cuando el Observatorio Permanente de Seguridad Vial (Opsevi) anunció una reducción del 45 % en las muertes por accidentes de tránsito durante los primeros siete meses del año, se produjo una tragedia vial en la carretera La Ceiba-La Otra Banda, en Higüey, con saldo de al menos ocho fallecidos y 19 heridos.

Un camión recolector de basura impactó a una camioneta que transportaba feligreses que regresaban de un servicio religioso, pero también se informó que ambos vehículos atropellaron a personas que estaban frente a un colmado en la comunidad Los Salados.

Según acta levantada por las autoridades, el conductor del camión, identificado como José Laurencio, manejaba en estado de embriaguez y a gran velocidad, por lo que embistió la camioneta repleta de pasajeros, al arribar a un reductor de velocidad de los denominados “policía acostado”.

Esa desgracia ocurre cuando el Instituto Nacional de Tránsito y Transporte (Intrant) exhorta a conductores de vehículos pesados a usar el carril derecho en autopistas y carreteras, como dispone la ley, un ruego que ha encontrado poco eco entre camioneros y patanistas, muchos de los cuales se ha dicho que conducen bajo los efectos de sustancias controladas.

Entre los heridos figuran cinco menores ingresados a salas de cuidados intensivos del hospital materno infantil La Altagracia y otros siete adultos fueron recluidos en el hospital general provincial, por el grave accidente que movilizo a todos los organismos de asistencia y protección de La Altagracia.

Aun cuando el número de decesos por colisiones de tránsito se redujo en un 45 %, durante el período enero-julio, la cifra de víctimas fatales ascendió a 1,086, una situación preocupante que coloca al país con mayor reporte de fallecidos por esa causa a nivel global.

El trágico accidente de tránsito acaecido el sábado en la noche, causado según informe preliminar por un conductor borracho, representa otro mensaje contundente de que la crisis en el transporte público debe ser manejada también con la aplicación irrestricta de la ley a conductores y choferes imprudentes.

La Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) esta compelida a detener, multar o incautar vehículos, cuyos conductores violen la ley de tránsito en calles, avenidas, carreteras o autopistas, sin importar de quién se trate, más aun contra aquellos choferes que manejan borrachos o transitan a velocidad excesiva. Se requiere mano dura de la ley.

Sudelka Garcia

Periodista de El Nacional Digital