La ocupación de calles y aceras se ha convertido en un cáncer para la ciudad de Santo Domingo, donde peatones y conductores se disputan los espacios para caminar y transitar por las angostas áreas que dejan buhoneros y vendedores informales de todo tipo de mercancías, incluyendo hasta medicamentos. La alcaldía inició un programa para recuperar estos espacios que la gente necesita.