Más de ocho mil billetes de de RD$2,000 que serían triturados por no cumplir con los requisitos de impresión fueron robados a la empresa fabricante en Francia y puestos a circular en República Dominicana, lo que ha creado serias dificultades a las autoridades por tratarse de papeletas con papel moneda regular pero sin fuerza legal ni liberatoria.
Por la vulneración del sistema de seguridad del papel moneda en la empresa francesa Oberthur Fiduciaire, el Banco Central dominicano ha decidido no poner a circular 35 millones de unidades de billetes de esa denominación que están en sus bóvedas, cuya impresión tuvo un valor de 1.4 millones de dólares.
Los 8,403 billetes de RD$2,000 fueron robados de un lote mayor que la empresa fabricante se disponía a triturar porque no cumplían los requisitos de perfección exigidos por el Banco Central, por lo que autoridades francesas y dominicanas indagan todo lo relacionado con el hurto y su traslado a Santo Domingo.
No es común que las empresas fabricantes de dinero reporten robo de papel moneda ni de billetes ya impresos, ni mucho menos que los ladrones logren transportar los valores robados hacia el país donde circularían.
Es por eso que se afirma que esas papeletas no son falsificadas, pues fueron fabricadas por el contratista escogido por el Banco Central, de cuya sede en Francia fueron robadas, pero carecen de fuerza liberatoria porque no fueron emitidas ni puesta a circular por las autoridades monetarias.
El Ministerio Público tiene la ineludible tarea de identificar, apresar y someter a la justicia a quienes lograron introducir ese lote de billetes y a quienes lo han puesto a circular por el torrente financiero y comercial del país, con los consiguientes perjuicios para quien paga o recibe el importe por una transacción de dinero.
Aunque se ha dicho que la empresa Oberthur Fiduciaire cubriría el costo de fabricación de la emisión total de esas papeletas y que también pagaría el importe a las personas físicas o moral que recibieron ese papel sin valor, conviene que las autoridades del Banco Central revisen todos los controles de seguridad relacionados con la impresión, transporte, almacenaje y circulación de billetes y monedas.
Por lo pronto, la ciudadanía ha sido advertida de no aceptar el billete de RD$2,000 que lleve impreso la inscripción “Año 2013” y de informar a las autoridades sobre cualquier transacción que se pretenda realizar con esa papeleta que sin ser falsificada carece de valor legal.