Opinión Carta de los Lectores

Parar precandidaturas

Parar precandidaturas

La Junta Central Electoral -JCE- tiene una postura demasiado blanda ante el proselitismo y el lanzamiento de precandidaturas. Los tres principales partidos políticos tienen dirigentes, a todos los niveles, que están trabajando en sus aspiraciones.

A la JCE no le deben temblar las rodillas y la muñeca para hace valer la ley electoral. No se puede en estos momentos dar pie al fanatismo de candidaturas. Llaman la atención los precandidatos presidenciales, pero también hay un enjambre que busca la postulación para senadores, diputados, síndicos y regidores. En los tres grandes partidos se lucha sin tregua, pero con irregularidades y en más de un caso hay amenazas de división.

El liderazgo superior de los partidos políticos debe ver bien claro el problema y sin pasión, pero dentro de las leyes, aplicar los correctivos de rigor. El caso del partido oficial, el Revolución Moderno, es más intranquilizador.

Todos sus aspirantes, en cualquiera de los niveles, y sobre todo entre los presidenciales, se da el caso de que son funcionarios, y por consiguiente podrían descuidar sus obligaciones para tratar de ser los ganaderos en una futura convención.

Esos funcionarios en vez de estar en actividades partidistas la mayor parte del tiempo, deben seguir el ejemplo del presidente Luis Abinader que labora todos los días, todas las horas, tratando de lograr el desarrollo nacional.

El tiempo no es de proselitismo, sino de concertación, ahora mismo navegan en el diálogo el presidente Abinader, y los expresidentes Hipólito Mejía, Danilo Medina y Leonel Fernández. Se comienza por la crisis haitiana, y luego se puede dar un salto más largo y abordar la crisis nacional.

En una etapa tan lejana para la celebración de las elecciones municipales y presidenciales, el momento es oportuno para dialogar y concertar, luego, al fragor de la batalla electoral, será imposible la franca discusión.

Hay un papel institucional que toca a la JCE, ella no lo puede delegar en nadie. El pueblo no quiere en estos momentos el proselitismo, sino que cada quien aporte su cuota para el desarrollo nacional.
No necesariamente por comenzar temprano se tiene terreno ganado, por el contrario, muchos que comienzan a primera hora, con cuadros de masas sin importancia, se quedarán a medio camino sin respiración para la batalla final.

Con las pasiones que se comienzan a desbordar no hay tiempo para dar largas, hay que fijar posición y encontrar soluciones a este problema de las precandidaturas a destiempo.

Por: Manuel Hernández Villeta

El Nacional

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