El Colegio Médico Dominicano (CMD) insiste en trillar camino de la irracionalidad con la convocatoria hoy de un paro de labores en todos los hospitales de la región sur, además de alentar otra huelga en centros asistenciales de la provincia Valverde.
Como para despejar toda duda de que esas suspensiones en los servicios hospitalarios públicos están dirigidas a afectar a la población pobre, la directiva del CMD escogió la zona del país de mayor indigencia para iniciar su nuevo periplo de huelgas.
El presidente de esa entidad, Waldo Ariel Suero, estará desde muy temprano en el hospital Juan Pablo Pina, de San Cristóbal, para supervisar que se niegue asistencia a pacientes que carecen de recursos para acudir a una clínica privada, con lo que festejará además el 125 aniversario de la fundación del gremio de los médicos.
En vez de promover un tipo de diálogo con las autoridades que ayude a acercar lo ideal con lo posible, el doctor Suero produce declaraciones altisonantes que desbordan la prudencia y alejan posibilidad para arribar a acuerdos que beneficien a los médicos y a la población.
Se admite que un 25% de aumento salarial que propone el Gobierno no llena las expectativas de los galenos, pero se raya en la imprudencia si se mantiene la demanda de un 60%, más aun si se toma en cuenta que las autoridades aceptan el reclamo de pensiones y nombramientos.
El horario de trabajo en los hospitales públicos debería ser abordado con mayor seriedad, porque debe figurar como obligación y conquista en toda negociación laboral, por lo que resulta inaceptable que se defina ese tema como innegociable.
Los médicos de centros asistenciales privados requieren y merecen un incremento salarial mayor a lo posible, pero también que cumplan de manera estricta la jornada de trabajo que sea acordada, que no debe ser más pero tampoco menos de lo justo y necesario.
Las huelgas en hospitales públicos constituyen anacronismo de profesionales insensatos, imprudentes, irracionales e irresponsables, que cierran las puertas de los hospitales en las narices de los pobres como forma de celebrar un aniversario más de la fundación de su gremio. ¡Feliz cumpleaños!