El presidente Danilo Medina proclamó ayer en la apertura de la XXXIII Reunión de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina (Copppal), la necesidad de ejercer la actividad política de forma más transparente, respetada y legítima, así como transformar los partidos y su forma de interactuar con la sociedad.
La plenaria de la Copppal, en la que 61 representantes de organizaciones partidarias de 30 países de la región abordan sobre partidos políticos y sociedad civil, constituye una magnífica peña para reflexionar sobre el tipo de relación que debe promover el liderazgo político con la población.
En el último decenio, los nexos entre la partidocracia y la mentada sociedad civil han estado matizados por lo que se ha denominado como periodo de judicialización de la política, que ha convertido el ámbito judicial en escenario de confrontación del liderazgo civil con el poder político.
El presidente Medina cree que ha llegado el momento de que la ciudadanía participe en el diseño, evolución y transformación de las políticas públicas, para lo cual se requeriría promocionar un nuevo tipo de relación entre partidos y sociedad basado en concertación y no en confrontación.
Para eso se requiere, como dijo el ex presidente Leonel Fernández, en su ponencia ante ese cónclave, que no se alimente la percepción de que ser un dirigente político descalifica moralmente a las personas, incluso sin haber ejercido un cargo público.
El planteamiento del doctor Fernández, de que los partidos no deberían incidir en las elecciones de gremios profesionales, es tan sensato como lo sería también reclamar del liderazgo empresarial no ejercer tipos de presiones en las esferas del poder político con el propósito de obtener beneficios corporativos.
La clase política dominicana debería poner atención a la advertencia hecha por el presidente Medina de que “se acabaron los tiempos en que lo importante en la contienda política era vencer”, porque ahora “es imprescindible convencer”, por lo que se requiere de partidos más transparentes y cercanos a la gente.
La judicialización de la política debería dar paso a un nuevo tipo de relación entre partidos y sociedad civil, basada esencialmente en la promoción del bien común, la gobernanza, equidad, transparencia y respeto a las normativas jurídicas. Ni más ni menos.